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El Balseiro en Mendoza: ciencia e innovación al servicio del desarrollo productivo

Para trabajar en una mayor presencia del Instituto Balseiro en la provincia, la UNCUYO convocó a referentes del sector privado, público y estatal. En el encuentro, su director, Mariano Cantero, dialogó con empresarios, académicos y funcionarios. También firmó un acuerdo de colaboración con el Gobierno mendocino por el concurso IB50K.

El Instituto Balseiro (IB) está cumpliendo 70 años de vida y su historia está profundamente ligada a la ciencia y la tecnología en Argentina, por ser una institución de excelencia en la formación de científicos y tecnólogos y que contribuye al desarrollo nacional e internacional.

Con el nuevo aniversario como marco, el director del IB, Mariano Cantero estuvo de paso por la Universidad Nacional de Cuyo, interesado en que la comunidad mendocina sepa que cuenta con este Instituto, por ser parte integral de la UNCUYO, aunque esté radicado en Bariloche.

Instituto Balseiro: ciencia que impulsa el desarrollo se llamó la jornada de vinculación que lo tuvo como disertante en la UNCUYO —institución madre del IB junto con la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA)—. Allí se reunieron referentes del sector privado, de distintas cámaras empresariales, funcionarios de organismos provinciales y nacionales, y profesores e investigadores. 

“La idea es ver cómo logramos que el Balseiro, un Instituto de altísima excelencia en cuanto a producción de conocimiento y formación, tenga más presencia en nuestra provincia, y que todo ese conocimiento que produce pueda servir para la mejora de la economía de Mendoza”, detalló el vicerrector Gabriel Fidel, quien también coordina el Área de Vinculación, impulsora de la iniciativa.

"Ayer (por el lunes) ya tuvimos un encuentro con estudiantes contándoles las actividades académicas e invitándolos a considerar al Balseiro como un lugar para estudiar —explicó Mariano Cantero, y agregó—, hoy la convocatoria es para hablar con el sector productivo de bienes y servicios de Mendoza, porque un objetivo del Instituto es que la ciencia, la tecnología, la innovación deben estar puestas en función y al servicio de la producción para desarrollar el país".

Pasado, presente y futuro del IB

Durante la inauguración, la rectora Esther Sanchez destacó lo valioso de que el gobierno, el sector privado y la academia trabajen juntos para que los avances en ciencia, tecnología e innovación representen soluciones para toda la sociedad. 

"Es importante saber qué hace y de qué se trata el Instituto Balseiro. En ese trabajo entre la academia, el sector privado y el sector público, hoy por hoy es fundamental concluir en un trabajo conjunto y colaborativo —dijo Sanchez y añadió—, el resultado son los graduados y las graduadas que están en el mundo, que nos representan y que son para el mundo referentes". 

Tras las palabras de bienvenida, Mariano Cantero realizó la presentación del Instituto. Repasó su creación y las fechas de relevancia en estas siete décadas, las empresas asociadas con la CNEA, la oferta académica y el personal, las colaboraciones en el mundo a través de sus graduados, la infraestructura y los servicios, las actividades de extensión, bienestar y vinculación, entre otros puntos centrales de su historia. 

Al encuentro también asistió el ministro de Producción de Mendoza, Rodolfo Vargas Arizu, quien firmó una carta de intención para avanzar de forma conjunta con el Instituto Balseiro en programas, proyectos e iniciativas que impulsen la innovación tecnológica en sectores productivos de la provincia, promuevan la transferencia de conocimiento y tecnología, fomenten la innovación y la capacitación de recursos humanos, y apoyen emprendimientos científicos, tecnológicos de impacto regional.

Una de esas acciones ya se materializa con la colaboración en el concurso IB50K. "Desde la Agencia estamos aportando fondos que van a financiar un premio en un concurso que es federal, como el concurso IB50K. Venimos trabajando en financiamiento e incentivos para que el sistema científico tecnológico de alto nivel, con un gran valor agregado y con un gran vínculo con la innovación y el sistema productivo, se destaque, tenga estos incentivos para moverse, para movilizarse", explicó el presidente de la Agencia Mendocina de Innovación, Ciencia y Tecnología, Federico Morábito.

Saberes, innovación y matriz productiva

Otro momento de la jornada fue la mesa redonda que integraron Gabriel Fidel, Mariano Cantero, Rodolfo Vargas Arizu y Teresa Damiani, secretaría de Investigación, Internacionales y Posgrado (SIIP). Con el foco puesto en la diversificación de la matriz productiva mendocina en base al conocimiento, cada disertante expuso su visión del tema. 

La primera en exponer fue Teresa Damiani, quien destacó el papel protagónico de la ciencia argentina en el avance del conocimiento global y su alto impacto a pesar de los limitados recursos, señalando, a su vez, que entre ciencia básica o aplicada lo importante es hacer investigación de calidad, de alto impacto. "Necesitamos una mesa de convergencia, un espacio donde la demanda del sector productivo, los intereses del gobierno se encuentren con los aportes que puede hacer la investigación y el conocimiento y de esa forma poner el conocimiento a resolver esas demandas y generar soluciones que puedan aportar al desarrollo local, a ampliar la matriz productiva, a generar valor, a generar riqueza, a generar desarrollo y a generar innovación. Porque no hay innovación posible sin ciencia, sin desarrollo, sin conocimiento. Y no hay valor agregado posible en riqueza sin innovación", afirmó la secretaria.

Le siguió en las intervenciones Gabriel Fidel, quien señaló la importancia de integrar al Balseiro en el ecosistema mendocino para potenciar la innovación. Subrayó que la Universidad debe vincularse activamente con el Estado y el sector productivo, y que el desafío regional es insertarse con valor agregado en las cadenas globales. "Nuestro rol es aportar innovación, ¿Y de dónde sale la innovación? del conocimiento científico y el desarrollo tecnológico. Nuestro rol como universidad, es trabajar y en eso tenemos que afilar todo, nuestros institutos de investigación, nuestros docentes, nosotros como universidad y el Instituto Balseiro, como centro de altísima excelencia, en poder hacer que la innovación, o sea que el conocimiento, ayude a las distintas cadenas de valor a ser más competitivas. No importa cuál, la energía, la minería, el turismo, la construcción, la agroindustria, la vitivinicultura. Es la innovación lo que hace que podamos insertarnos en la economía global", aseguró el vicerrector.

El próximo en exponer fue Mariano Cantero, quien remarcó que los centros de conocimiento, como las universidades, deben ser aliados del sector productivo como soporte en investigación e innovación, destacando también que todo desarrollo depende de las personas y sus capacidades, más que de la infraestructura. También habló del desafío de educar para un futuro cambiante, poniendo énfasis en la mejora de los niveles primario y secundario. "El Instituto Balseiro hoy cumple 70 años y sigue siendo un instituto que está vigente y forma gente que tiene impactos importantes. ¿Cuál es la clave? Además de dar los conocimientos técnicos y valores institucionales y del trabajo, y entender que todo es un proceso y que detrás no hay genialidad, sino que hay trabajo y rumbo claro. Además de todo eso, hay que enseñar a seguir aprendiendo, enseñar a saber hacer y a no tenerle miedo a las cosas y encararlas”, resaltó el director.

El último en tomar la palabra fue Rodolfo Vargas Arizu, quien reflexionó sobre la necesidad de enfocarse en los verdaderos desafíos del desarrollo, invirtiendo en ciencia, tecnología y cooperación entre universidades, empresas y gobierno. Consideró que el futuro exige aulas colaborativas, sistemas productivos innovadores y una educación que conecte tempranamente con el trabajo. "El mundo va a un desarrollo y a una velocidad difícil de enseñarla, lo que ustedes decían, enseñar algo que está cambiando permanentemente. Por eso creo en la importancia de la cooperación. Acá vamos a aprender todos: gobierno, actividad privada, universidades y alumnos, aprendemos todos a la vez", concluyó el ministro.

"Creo que si como sociedad tenemos que definir estratégicamente hacia dónde vamos y qué es lo que queremos hacer, hay que buscar esos espacios de convergencia. ¿Es difícil? ¿Es una utopía? Seguramente que sí, pero hay casos en los que se ha demostrado que se pueden llegar a definir aspectos, lineamientos estratégicos, uniéndose precisamente en estos espacios de encuentro”, agregó Esther Sanchez, sobre el final de la jornada.

“Hay otra palabra que no hemos utilizado en esta reunión, que es la palabra red —dijo Gabriel Fidel, como aporte final—. Eso también es innovador, como el hecho de entender que hoy el mundo funciona por redes y nuestras relaciones funcionan por redes. La Universidad es un actor más de la red, y a veces a la misma Universidad, para adentro, le cuesta trabajar en red. Imagínense trabajar en red hacia afuera. Este me parece que es el aprendizaje que tenemos que hacer y eso nos va a ayudar seguramente mucho en la comunicación, porque si trabajamos en red, la comunicación va a fluir de otra manera”.

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