La Universidad Nacional de Cuyo se convirtió en la única universidad del país en finalizar su V Autoevaluación Institucional (AEI). El Consejo Superior aprobó por unanimidad el informe final que presentó el equipo del Área de Planificación, Seguimiento y Evaluación, para dar cuenta de este proceso de evaluación integral que sirve como herramienta de mejora continua y seguimiento de la gestión institucional.
La autoevaluación institucional es transversal a toda la Universidad, tiene un fuerte componente participativo y permite conocer los logros, las dificultades y los desafíos en el desarrollo de las funciones de docencia, investigación, extensión, vinculación, bienestar y gestión institucional, desde una mirada integral.
El período evaluado abarca del 2014 al 2022, y para ello se tomó en consideración tanto los objetivos del Plan Estratégico 2030, como las recomendaciones que hizo la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) en la cuarta autoevaluación institucional. Las unidades de análisis fueron Rectorado, Facultades, Institutos, Colegios, Espacios de Salud y Espacios de Medios de Comunicación, atravesadas por ejes como la sostenibilidad y la perspectiva de género.
El informe final contiene 601 páginas, se estructura en seis partes y éstos en capítulos. La primera parte consiste en una breve presentación de la UNCUYO, en cuanto a números, localización geográfica y reseña histórica. En la segunda, se presenta la organización, gobierno y gestión de la institución, por un lado, y la misión, visión y planificación, por otro. La tercera parte ofrece el contexto histórico del período evaluado junto con el encuadre o la propuesta metodológica aplicada. En la cuarta, se hace un análisis de la institución por funciones: enseñanza de pregrado y grado; enseñanza en colegios secundarios; investigación, internacionalizacón y posgrado; vinculación y transferencia; extensión universitaria; bienestar universitario, y gestión institucional. En otro apartado se analizan los 10 años del programa de trayectorias académicas (TRACES) para el acompañamiento en el ingreso, la permanencia y el egreso. La quinta parte plantea una síntesis autoevaluativa integral, con las respuestas a las recomendaciones de CONEAU y las conclusiones y desafíos institucionales. Por último, en la sexta parte se detallan los anexos y la bibliografía. El documento completo se puede consultar aquí.
Hacer una autoevaluación de estas características, es importante para las universidades del sistema universitario.
Junto con el equipo de Planificación trabajaron referentes de todas las unidades académicas y secretarías, lo que permitió que el proceso sea altamente participativo. “No hay autoevaluación sin la participación de toda la comunidad universitaria", aseguró Florencia Tarabelli, vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y coordinadora general del proceso.
“La autoevaluación institucional es un proceso de una enorme relevancia para cualquier institución porque nos permite mirar de manera crítica, de manera objetiva y de manera colectiva cuáles han sido los principales avances que se dieron en relación a nuestros planes estratégicos, como así también cuáles son los principales desafíos que tenemos por delante y que, a partir de los resultados de estas evaluaciones, podemos plantear como líneas centrales de nuestra gestión académica, de bienestar, de extensión y de gestión institucional”, destacó la coordinadora.
Entre las conclusiones que expone el informe, Tarabelli señaló que la autoevaluación arrojó luz sobre algunos desafíos que siguen siendo transversales y persistentes. En relación con la gestión institucional, explicó que es necesario lograr mejores sistematizaciones de información, de bases de datos, para que sean interoperativas. También, una mayor integración intrainstitucional, es decir, contar con procesos co-gestionados entre las distintas unidades académicas e institutos, además de una mayor agilidad administrativa en algunas cuestiones puntuales.
En relación con lo académico, otro reto pasa por seguir mejorando los indicadores de rendimiento. “En un contexto de alta complejidad y diversidad, seguimos teniendo mejoras de matrícula y de retención, pero el desafío está en cómo seguir trabajando en programas de acompañamiento de calidad y con innovación curricular que tengan en cuenta las trayectorias de los estudiantes y que pongan el foco y el eje en cómo hacemos nuestras plataformas curriculares, miradas con centralidad en los estudiantes”, resaltó la funcionaria académica.
“Una vez concluida esta presentación del informe ante el Consejo Superior, lo vamos a elevar a CONEAU, a través de un sistema llamado SIEMI, y en noviembre estaremos recibiendo la visita de nuestros pares evaluadores, luego de la cual tendremos el resultado final”, concluyó Tarabelli.