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La UNCUYO trabaja en la implementación del Sistema Argentino de Crédito Académico Universitario

La normativa busca reconocer los trayectos académicos que hacen los estudiantes, para flexibilizar los diseños de las carreras, con foco en el volumen total de tiempo de trabajo y no sólo en las horas de cursado. Pionera en esta iniciativa, se trata de un cambio de lógica que favorecerá el reconocimiento de la formación y mejoras en la demora en los estudios superiores.

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Con la aplicación del SACAU, la Universidad busca avanzar hacia carreras más abiertas, más flexibles.

La Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) trabaja en la revisión de sus carreras y espacios curriculares (materias) para poder integrar el Sistema Argentino de Crédito Académico Universitario (SACAU) y así ponderar mejor el tiempo total de trabajo de los estudiantes. Busca además reconocer sus trayectos formativos para reflejar todo el esfuerzo que realizan. La intención es que se favorezcan recorridos más flexibles que permitan una mejor movilidad estudiantil y la posibilidad de acreditar cursos y capacitaciones acorde a sus intereses y las últimas innovaciones educativas.

Estas transformaciones curriculares vienen antecedidas de una serie de programas de trabajo con docentes y estudiantes, como el programa de Sinceramiento Curricular (SiCu), que lleva adelante la UNCUYO, con el propósito de favorecer la implementación del SACAU, lo que le permite posicionarse como una de las Universidades pioneras en su reglamentación. Esto implica un compromiso de que todas las carreras estén regidas bajo este sistema para diciembre del año próximo (2026) y será una tarea demandante que requiere la revisión de todos los planes de estudio y ofrece la oportunidad para actualizar y transformar los currículos.

“Lo que busca la UNCUYO con la implementación del sistema de créditos es ponderar todo el volumen de trabajo que tienen los estudiantes para lograr objetivos y resultados de aprendizaje. Su objetivo es poder visibilizar explícitamente todo el volumen de trabajo que llevan adelante los estudiantes en un marco de interacción pedagógica —interacción áulica con los docentes— y, además, todo el trabajo que se tienen que llevar a sus casas para estudiar, para hacer trabajos prácticos, para hacer prácticas y actividades de todo tipo”, explicó el secretario académico de la UNCUYO, Julio Aguirre.

Añadió: “Queremos captar la totalidad de ese volumen de tiempo de trabajo en función del resultado de aprendizaje y llevar adelante esa ponderación, para lo cual los planes de estudios tienen que estar orientados a resultados de aprendizaje explícitamente definidos. Es decir que cada espacio curricular (materia) debe tener definidos un conjunto de competencias específicas. Y los créditos dirán el tiempo total de trabajo del estudiante que estiman quienes diseñan ese plan de estudio, que les va a tomar adquirir esos resultados, esas competencias”.

 

¿Para qué integrarse al sistema de créditos académicos?

La idea, profundiza Aguirre, es “que ese resultado quede acreditado, y gracias a ello, que cada cosa que hace el estudiante, en el marco de su proceso educativo, quede certificada con una cantidad de tiempo imputada para cada una. Y que esos créditos, a medida que va avanzando en su trayecto formativo, tengan un reconocimiento oficial de todo ese volumen de trabajo que hizo para lograr todos esos objetivos de aprendizaje explícitamente definidos”.

Esos procesos de acreditación permiten que todo el volumen de trabajo del estudiante pueda ser reconocido por otra institución, lo que implica una certificación, incluso aunque no termine su carrera.

La búsqueda de la UNCUYO es avanzar hacia carreras más abiertas, más flexibles. “Trabajamos en poner foco en lo realmente aprendido por el estudiante, y no tanto en los contenidos de cada espacio curricular”, señaló el Secretario Académico.

En este sistema, la idea es concebir las materias en función de lo que tiene que ser capaz de hacer y saber el estudiante para aprobar ese espacio curricular. Y que para ello se determine el volumen total de créditos que requiere ese aprendizaje, reflejando con ello la cantidad de horas totales de cursado, de estudio, de realización de trabajos, entre otras actividades.

Aguirre concluyó que “el sistema de créditos busca ser transparente respecto a todo el tiempo de trabajo de los estudiantes y ser categórico y explícito con los resultados de aprendizaje efectivamente logrados. Para que el estudiante pueda llevarse esas certificaciones consigo donde vaya, porque es parte de su derecho. No es lo mismo tener 40, 50, 80, o 120 créditos universitarios aprobados, que no tener ninguno. Hay un trayecto que tiene que ser certificado y reconocido. Esa es la búsqueda y el trabajo en el que la UNCUYO está involucrada”.

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