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Por la presión social, cada vez más personas quieren dejar de fumar

28 de octubre de 2008, 16:44.

Sucede desde que entró en vigencia la ley antitabáquica. De cada 10 consultas, 3 llegan al tratamiento.

La idea está en el aire. La necesidad de tener una mejor calidad de vida y las restricciones que existen para prender un cigarrillo dentro de los bares han pesado fuerte a lo largo de este año, tanto que en los lugares de tratamiento antitabáquico que ofrece la provincia se han incrementado notablemente la cantidad de consultas para vencer el vicio con respecto al período anterior.

Algunos llaman y concurren más decididos que otros, pero -en definitiva- todos quieren lograr el mismo objetivo: sortear las barreras que impone la adicción al cigarrillo. Lo cierto es que muchos de los que concurren a los consultorios de cesación tabáquica confiesan que dan el primer paso porque se sienten discriminados por las limitaciones que hay en los espacios públicos cerrados, una de las prohibiciones que comenzó a regir el 8 de febrero de este año cuando entró en vigencia la Ley antitabaco en Mendoza.

"Antes era una consulta por semana, mientras que en este último tiempo los llamados son diarios, sobre todo a partir de la sanción de la normativa", explicó Ramón Alchapar, jefe del Servicio de Neumonología del hospital Lencinas, quien aclaró que el fenómeno también se nota en el ámbito privado.

Los valientes suelen oscilar entre los 35 y 50 años, aunque también se ven personas mayores y uno que otro adolescente. Igual, para vencer los obstáculos, todos necesitan contar con una motivación. Por eso, las que logran dejar de fumar con mayor facilidad son las mujeres que planifican quedarse embarazadas a corto plazo y las personas que buscan dedicarse al deporte. En cambio, los que no alcanzan la meta "son los pacientes esquizofrénicos, psicóticos y depresivos", indicó Alchapar.

Mientras que también hay un porcentaje de pacientes que aterriza en los programas por derivación de su médico. "Por ejemplo- los hipertensos o los que han sufrido un infarto previo", expresó María Eugenia Lértula, coordinadora del programa de prevención y tratamiento de tabaquismo de la Obra Social de los Empleados Públicos (OSEP).

De cualquier manera, no todos los que piden un turno están preparados para afrontar la difícil tarea de no prender nunca más un cigarrillo. Es que todo depende del período por el que esté atravesando el fumador.

Se trata de lo que se conoce como las cinco etapas Prochaska: precontemplativa (cuando aún no se tiene conciencia de los efectos del tabaco), contemplativa (el sujeto comienza a ver que el cigarrillo le hace daño), preparación (cuando se consolida la idea de dejar de fumar y busca modos para llegar al objetivo), la acción (el momento en que se abandona el cigarrillo) y mantenimiento.

Teniendo en cuenta este contexto "de las diez personas que consultan por primera vez, tres siguen el tratamiento y uno solo logra dejar de fumar. Sin embargo, vale la pena", rescató Alchapar.

Sucede que las recaídas son frecuentes. Según precisó Lértula, antes de alcanzar el éxito, que es cuando un paciente ha permanecido durante un año sin prender un cigarrillo, la persona puede atravesar tres o cuatro intentos fallidos. "En general, vuelven a fumar por el mal manejo de los síntomas de abstinencia y, en el caso de las mujeres, por el temor a subir demasiado de peso", agregó Lértula.

Por esta razón, los abordajes están desarrollados para contener a los que se animaron al desafío de dejar de fumar. Médicos, psicólogos, nutricionistas y hasta profesores de educación física se suman a una serie de estudios clínicos, tests de motivación, consejos, estrategias y concientización, medicamentos -en caso de ser necesarios-, técnicas sustitutivas, manejo de la respiración y seguimientos, entre otras acciones para acompañar el proceso de abandonar el hábito del cigarrillo.

Si bien los especialistas señalan que se hace hincapié en el beneficio personal de dejar de fumar, no debe olvidarse de que lo ideal es seguir sumando espacios libres de humo.

En este sentido, Mónica Altemir, parte del equipo del programa para dejar de fumar del Departamento de Asistencia Médico Social Universitario de la UNCuyo (Damsu), apuntó que hay que concientizar no sólo para que se abandone el cigarrillo en los lugares públicos sino también en las oficinas, autos y casas.

"Todavía no está instalado el hecho de que se daña al otro, es decir a aquellos que son fumadores pasivos. En muchos hogares, los padres abren una ventana y fuman cerca de ella, sin saber que las partículas igual quedan en el ambiente por varios días", aclaró Altemir. En el Damsu pasaron de tener entre 4 y 5 grupos de personas en los tratamientos en 2007 a uno cada mes y medio, con un promedio de 15 personas cada uno, durante este año. Así, la especialista coincidió con el panorama que arroja un aumento en el número de consultas durante 2008, aunque -al igual que Lértula- no asegura que esto sea una consecuencia directa de la puesta en práctica de la Ley.

La semana pasada se conformó una asociación civil para ayudar a mantener los ambientes libres de humo de tabaco. La intención es colaborar con el Gobierno para que no se fume en los lugares públicos prohibidos. "No hay que olvidar que no hay suficientes inspectores para controlar que la Ley Antitabaco se cumpla", indicó Ramón Alchapar.

Mariela (30): "Me ayudó a estar más tranquila"

"Luego de casarme, comenzó a rondar la idea de quedarme embarazada. Pero me aterraba pensar que no iba a poder dejar de fumar, ya que consumía un paquete por día. Así que eso hizo que me decidiera para iniciar un tratamiento para abandonar el cigarrillo. Fui a la consulta con mi marido, que no fuma, y empecé a seguir todos los pasos necesarios. Ya hace dos meses que dejé de fumar y estamos buscando un hijo. Esto me ayudó a estar más tranquila y saber que mi cuerpo está más sano para la llegada del bebé".

Teléfonos útiles

Hospital Lencinas. 0800-222-4270.
OSEP. Para afiliados. Sede Central: 0810-333-133 opción 2. Servicio de
Neumonología del hospital El
Carmen: 4228800 int 205, de mañana.
Damsu. 4135000 int 3202.

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