El acto se desarrolló en la Facultad de Derecho. El reconocimiento, que se realiza cada año a personalidades “de la última década” incluyó, casualidad o no, a numerosos críticos del Gobierno. El Konex de Brillante fue para el juez Carlos Fayt.

No se trató de un acto opositor aunque, muy sonrientes, anoche compartieron escenario unos 20 dirigentes políticos, empresariales, sociales y religiosos, casi todos críticos del modelo kirchnerista. En la Facultad de Derecho de la UBA, estuvo el combativo ruralista Eduardo Buzzi, el rabino Sergio Bergman, el histórico dirigente radical Raúl Baglini, el presidente de Shell argentina, Juan José Aranguren, el hiper empresario sojero Gustavo Grobocopatel, y el obispo Jorge Casaretto, ganadores todos de los tradicionales premios Konex. ¿El invitado especial de la noche? El vicepresidente Julio César Cobos. “Mera casualidad”, interpretaron algunos de los premiados; otros, en cambio, lo vincularon al contexto político: concluyeron que las voces “autónomas, independientes y hasta críticas” son las que más se destacan.

Hubo lleno total en el salón principal de la Facultad en el que se entregaron veinte Konex de Platino a las figuras que, según la fundación, más se destacaron a lo largo de la última década, dentro del mundo empresarial, de la administración pública y de la militancia comunitaria. Figuras variopintas que, cada una con sus modales y desde su propio espacio, le discuten al gobierno su discurso y sus medidas.

Dentro de esa categoría, también ganaron su Konex el gobernador santafecino, socialista y presidenciable, Hermes Binner (aunque faltó porque está en España); el también ausente Héctor Magneto, CEO de diario Clarín, de relación sinuosa con el gobierno; el presidente de La Nación, Julio Saguier, de áspera línea anti-K; Luis Pagani, presidente de Arcor y de la Asociación Empresaria Argentina, que durante el último coloquio empresarial de IDEA emitió un duro comunicado a raíz de la estatización de las AFJP; y Juan José Aranguren, presidente local de la Shell, petrolera de tenso diálogo con el gobierno desde que, en 2005, el entonces presidente Néstor Kirchner convocó a la población a boicotear sus productos.