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La Nación: Distinguen a estudiantes por su trabajo solidario

Los ganadores recibieron $ 10.000 para continuar con su labor

25 de noviembre de 2004, 11:05.

Tiene la cara sucia, está descalzo y pesa un 40% menos de lo que debería pesar a su edad; se encuentra en un avanzado estado de desnutrición. Así fue encontrado José, uno de los 380 niños desnutridos que están siendo recuperados en Tucumán por un grupo de estudiantes de medicina de esa provincia.

Los alumnos, de 6° y 7° año de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán recibieron ayer el Premio Presidencial 2004 en reconocimiento a la labor solidaria y educativa que realizan en su jurisdicción. Además de los diplomas, el galardón está dotado de $ 10.000 para que los jóvenes puedan seguir trabajando con los niños desnutridos.

Pero este grupo no fue el único que recibió la distinción. Los alumnos del centro de formación docente ISEF N° 11, de Rosario, que forma profesores de educación física, fue premiado por su labor con instituciones que trabajan con chicos de la calle y de zonas de bajos recursos económicos.

Este año, el Premio Presidencial estuvo consagrado al rubro Prácticas Educativas solidarias en la Educación Superior. Se presentaron 361 instituciones educativas solidarias: 211 universidades y 150 institutos de educación superior no universitaria (entre terciarios e institutos de formación docente). De ellas, el 73% fueron instituciones de gestión estatal y el resto de gestión privada.

De todo los que se presentaron sólo llegaron 10 a instancias finales, de ellos los dos primeros (los chicos de Tucumán y de Rosario) recibieron un galardón de $ 10.000 y las restante tres experiencias solidarias recibieron una mención especial de $ 5000.

Testimonios

\"El proyecto con el que ganamos comprende una especie de residencia de un año. Son prácticas para perfeccionar la enseñanza de la educación física en lugares no convencionales. Se selecciona una institución y se convoca a los chicos a que traigan ideas. Luego, sobre la base de esa propuesta, comenzamos a trabajar\", contó a LA NACION Leonardo Ardissono, alumno de 4° año a quien, en su residencia, le tocó trabajar en un plan que incluye el respeto a la naturaleza.

\"Hicimos campamentos, les enseñamos a cocinar, caminamos y nos divertimos con muchos chicos de zonas marginales. Así tratamos de incorporar el respeto por la naturaleza y el problema que genera la contaminación\", indicó Ardissono.

Por su parte, los estudiantes de medicina relataron a LA NACION que su experiencia con los niños desnutridos de Tucumán comenzó en 2002.

\"Al principio fue algo chocante\", dijo Guillermo Manzur, de 7° año. \"Como parte de nuestra pasantía salimos a recorrer las calles y casas de los barrios más pobres de Tucumán para detectar chicos con síntomas de desnutrición. Cuando descubríamos los síntomas, los revisábamos en los consultorios de los hospitales y unidades sanitarias. Luego llegaba el trabajo de recuperación, en el que cada estudiante tenía un chico desnutrido a su cargo. Hacíamos visitas semanales a las casas y ayudábamos a las familias con botellas de leche y suplementos que contenían hierro. Fue una buena experiencia, aunque se necesita valor. Es duro cuando uno se encuentra con un chico desnutrido que tiene siete hermanos en las mismas condiciones.\"

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