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Una investigación para promover nutrición responsable y educación para el consumo

Promover la nutrición segura y el consumo responsable de alcohol en los jóvenes estudiantes, con el objeto de prevenir futuras patologías, a través de guías, folletos, seminarios  -como productos finales de su investigación- es la apuesta del programa “Nutrición responsable y educación para el consumo”, financiado por la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la UNCuyo.

29 de octubre de 2012, 14:44.

imagen Una investigación para promover nutrición responsable y educación para el consumo

Los alumnos, ¿saben cuál es la composición química de lo que consumen? ¿consumen vitaminas, proteínas, fibras, con las comidas o no?, estas preguntas y otras son parte de la línea de investigación.

Los investigadores, dirigidos por la doctora Alba Marta Ortiz, vicedecana de la Facultad de Ciencias Médicas, se han planteado responder a una serie de preguntas:

Nuestros estudiantes ¿Saben cuál es la composición química de lo que consumen? ¿Consumen vitaminas, proteínas, fibras, con las comidas o no? Cuándo compran un alimento ¿toman conciencia de la composición de ese alimento que aparece en el etiquetado? ¿Saben los porcentajes diarios recomendados de cada uno de los ingredientes? En síntesis, ¿tienen un consumo responsable y saludable, tanto en la alimentación como en las bebidas gaseosas y alcohólicas?

“A nosotros nos parece que no, por eso nos gustaría hacer una especie de campaña” a través de los resultados de la investigación, sostiene la doctora Ortiz.

El programa de investigación está conformado por proyectos pertenecientes a tres Facultades: Ciencias Médicas, Ciencias Aplicadas a la Industria y Ciencias Agrarias.

Ciencias Médicas tiene dos proyectos: uno está relacionado con productos regionales, sobre todo de una hierba que se llama “matico” y cómo influye en una serie de reacciones en el sistema inmunológico. Este grupo tiene muchas publicaciones porque se descubrió que la sustancia contenida en el matico tiene una serie de efectos importantes sobre el organismo.

Este equipo junto con el de la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria, le están dando mucha importancia al análisis productos regionales. El tomate procesado, por ejemplo, que tiene una sustancia que es muy buena para prevenir el cáncer de próstata, el licopeno.

En ese contexto regional, el vino tiene un lugar relevante. “Ellos (Ciencias Aplicadas) están  tratando de obtener los productos beneficiosos del vino, para ser usados como antioxidantes para la prevención de enfermedades cardiovasculares. En la Facultad de Medicina, si bien también tomamos el tema del vino, lo enfocamos desde dos aspectos: por un lado, los efectos beneficiosos que tiene para algunas enfermedades cardiovasculares, por los antioxidantes que contiene. Por el otro, la problemática del alcohol que no sólo se da por el vino, sino por las otras bebidas alcohólicas (la cerveza, el fernet, lo que la mayoría de los jóvenes consumen)”.

La Universidad becó a algunos integrantes del equipo para ir a una reunión en Francia coordinada por una Organización Internacional de la Vid y el Vino, en la que se abordó una formación en cómo educar a los jóvenes en el consumo de alcohol.

A partir de ahí, se emprendió un rastreo de cuál es el conocimiento que los jóvenes tienen de su nutrición en general y, especialmente, cuánto y qué tipos de bebidas consumen.

En este sentido se ha trabajado en dos líneas: una es encuestar a estudiantes en una serie de aspectos relacionados con alimentación y consumo de alcohol.  La otra, es estudiar el fenómeno de alcoholismo que ya existe.

Esta última línea, se está realizando en el Hospital El Sauce, a través de las historias clínicas de pacientes con diagnóstico de alcoholismo.

A través del análisis de estos documentos se estudian todas las situaciones que los llevaron a esta enfermedad: la edad,  las causas que motivaron la enfermedad, el tipo de bebida que consumían, el tratamiento que reciben durante la internación, la adherencia que tienen esos pacientes al mismo, las recaídas.

Así, a través de las historias clínicas, “estamos obteniendo datos estadísticos para poder sistematizar los efectos concretos del alcoholismo como enfermedad”, explica la investigadora.

“Es importante que se difunda que el alcoholismo es un problema de salud bastante grave además, por las consecuencias que tiene en la sociedad. También hay una serie de enfermedades que están vinculadas con el consumo de alcohol y/o las potencia. Por ejemplo, su consumo puede predisponer al cáncer o a la diabetes”.

Respecto del vino, el estudio sostiene que el consumo de medio a un vaso por día, junto con las comidas, puede ser beneficioso por los contenidos antioxidantes que son lo polifenoles sobre los efectos posibles cardiovasculares. Pero, el consumo elevado de alcohol tiene muchos riegos para la salud.

En lo que hace al consumo de alcohol en general, “que es lo que hacen generalmente los jóvenes, que toman un solo día -el sábado por ejemplo- para estar más alegres”, la posición de la doctora Ortiz es tajante: “No es bueno. Este tipo de bebidas son perjudiciales por su alto contenido en alcohol”.

Desde el programa, se está trabajando en la elaboración de una encuesta para realizarla a los estudiantes de la Universidad Nacional de Cuyo.

El otro elemento fuerte que aborda la investigación es la nutrición. Si bien ya hay mucha información al respecto, sostiene es muy importante difundir más qué tipo de alimentos son saludables, y cuáles no.

En ese sentido, se confirma que “es muy importante eliminar el tipo de comida ‘chatarra’ que son muy saladas -tienen un alto contenido de sodio- que nos puede llevar a la hipertensión. El exceso de grasa, que nos puede llevar a la obesidad”.

Se puede acceder a la investigación a través del link http://www.uncu.edu.ar/paginas/index/programas-de-posgrado)

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