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La Nación-Domingo 26: La seguridad en la mira de los académicos

Por Juan Manuel Palacio y Daniela Soldano

27 de diciembre de 2004, 12:58.

Pocos temas preocupan más a los argentinos que la inseguridad cotidiana. En los últimos años, de la mano del aumento de ciertos delitos y sobre todo de la espectacularidad de otros, el tema de la seguridad ha ganado un lugar central en el seno de la sociedad, provocando masivas manifestaciones callejeras, recambios abruptos de funcionarios encargados del área y purgas periódicas en las fuerzas policiales. Asimismo, el tema ha adquirido carácter de \"cuestión\" (política, mediática, burocrática), en tanto se ha convertido en objeto de acalorado debate público.

Las ciencias sociales no han sido ajenas a esta preocupación y en los últimos años se está asistiendo gradualmente a la conformación de un campo de estudios relacionado con estos acuciantes problemas. Desde el mundo académico, puede decirse que confluyen en torno al tema de la seguridad al menos tres líneas de investigaciones, que tienen preocupaciones diversas y que sostienen distintas perspectivas teóricas y disciplinarias (fundamentalmente desde la sociología, la antropología y el derecho).

Por un lado están los estudios en torno al delito que, a través de trabajos empíricos desde la sociología y la antropología, intentan comprender los entrelazamientos complejos que existen entre la exclusión social y los comportamientos delictivos. Otra línea de trabajos se ha dedicado a estudiar el funcionamiento de las instituciones policiales y de seguridad, entre los que se destacan los referidos a violencia policial y mecanismos de control de la actividad de las fuerzas de seguridad. La última línea -quizás la más amplia y diversa- reúne una serie de trabajos que se refieren al funcionamiento de la justicia penal y la ejecución penal (las prisiones, las instituciones de menores, etc.). Esta línea, transitada tanto por sociólogos como por penalistas y \"criminólogos\", indaga en temas diversos como las políticas de \"control social\", el castigo, las penas, las instituciones carcelarias, desde perspectivas tanto teóricas como empíricas. Estos diversos intereses de investigación se han materializado en lo institucional, en proyectos de investigación colectivos, en publicaciones diversas, así como en algunas carreras universitarias especializadas. En la Universidad de Buenos Aires existe desde principios de los años noventa el Programa de Estudios sobre el Control Social que dirige el investigador Juan Pegoraro, en el Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales (en donde surgió en el año 1992 la revista Delito y Sociedad, referencia obligada para quien quiera interiorizarse en las investigaciones sobre el tema), así como el Equipo de Antropología Política y Jurídica que dirige Sofía Tiscornia en la Facultad de Filosofía y Letras, sobre violencia institucional. En la Universidad de Quilmes, Marcelo Saín coordina un Programa de Investigación sobre Fuerzas Armadas, Seguridad y Sociedad, mientras que en la Universidad Nacional del Litoral existe un programa sobre violencia y mecanismos de control de la actividad policial que dirige el investigador Máximo Sozzo. En cuanto a las currículas especializadas, existe una Maestría en Criminología de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora que dirigen Luis Niño y Stella Martínez y se ha creado recientemente en la Universidad Nacional de Lanús una Licenciatura y un Ciclo de Complementación en \"Seguridad Ciudadana\", dirigida por Gregorio Kaminsky.

¿Qué conexiones existen entre este mundo académico y los organismos y funcionarios estatales encargados de la seguridad? Si bien el diálogo dista de ser fluido, no se trata de compartimentos estancos. Las jornadas y seminarios que se convocan en torno a la palabra \"seguridad\" y que reúnen tanto a expertos como a políticos y funcionarios son más o menos frecuentes, y no es raro que las personas que han desarrollado trabajos académicos sean contratadas por algunas agencias del Estado como asesores y se transformen en algunos casos, inclusive, en funcionarios políticos. Pero se trata más bien de excepciones.

Según Máximo Sozzo -cuyo libro Seguridad Urbana: Nuevos Problemas, Nuevos Enfoques (Santa Fe, Editorial Universidad Nacional del Litoral, 1999) reúne trabajos de investigadores pertenecientes a las tres líneas mencionadas más arriba-, \"en líneas generales los encargados de la toma de decisiones no tienen mucha formación académica especializada y el trabajo académico tiene una influencia marginal en algunos actores políticos encargados de tomar decisiones en esta área; pero no se trata de algo frecuente ni consistente\". Por otro lado, la relación entre los académicos y los encargados de la elaboración y ejecución de políticas públicas sobre seguridad no parece atravesar por su mejor momento. \"Si buena parte del siglo XX estuvo marcada por la influencia de los ?expertos´ (juristas, médicos-criminólogos) en el campo de las políticas de control del delito, por un cierto carácter ?aristocrático´ de la toma de decisiones, los tiempos actuales más bien están signados por un cierto ?populismo´, de la mano de una nueva forma de politización de la cuestión criminal en el que se plebiscitan diversas medidas que muchas veces hablan un lenguaje emocional que derivan casi siempre en propuestas de incremento de las penas\". De esta manera, \"las intervenciones destinadas a generar discusión o formación que pueden nacer del ámbito académico son importantes pero también muy limitadas en cuanto a sus alcances o efectos\".

Lecturas sugeridas

Kessler, Gabriel Sociología del delito amateur. Buenos Aires, Paidós, 2004.

Isla, Alejandro y Miguez, Dario (EDS,) Heridas Urbanas, Buenos Aires, Flacso, 2003.

Saina Marcelo Seguridad, Democracia y Reforma del Sistema Policial en la Argentina, Buenos Aires, F.C.E., 2002.

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