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Doctora en Física del Balseiro recibió premio L'Oréal-Unesco

Adriana Serquis fue distinguida por contribuir al desarrollo de estudios de nanotecnología aplicadas al transporte, almacenamiento y uso eficiente de energía. El premio L'Oréal-Unesco es un reconocimiento nacional a la labor en ciencia de mujeres argentinas.

19 de noviembre de 2014, 11:09.

imagen Doctora en Física del Balseiro recibió premio L"Oréal-Unesco

La investigadora galardonada por L'Oréal-Unesco por sus estudios de nanotecnologías aplicadas al transporte, almacenamiento y uso eficiente de energía. (Crédito IB)

El premio L'Oréal-Unesco busca reconocer y apoyar la excelencia del trabajo de la mujer en el ámbito científico y promover su participación en ciencia a nivel nacional.

Este año se otorgó a un trabajo del campo de las Ciencias de la materia: “Técnicas avanzadas de caracterización de materiales para energías limpias”, de la doctora en Física del Instituto Balseiro, Adriana Serquis.

Su aporte científico impactará en el estudio de nanotecnologías aplicadas al transporte, almacenamiento y uso eficiente de energía. El premio, que consiste en 150 mil pesos, le permitirá seguir profundizando su investigación.

Serquis -que el año pasado recibió un premio Konex- ya había recibido en 2010 una mención especial de L'Oréal-Unesco por este mismo trabajo.

El reconocimiento nacional se otorga desde 2007 y las menciones especiales de la edición 2014 fueron para las investigadoras del Conicet María Luján Ferreira, en la Planta Piloto de Ingeniería Química de la Universidad del Sur (Bahía Blanca), y Silvia Ceré, en la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Más sobre la científica galardonada

Adriana Serquis comenzó a estudiar la licenciatura de Física en la UBA y luego se mudó a Bariloche para realizar el doctorado en Física en el Instituto Balseiro.

A sus 47 años de edad y con dos hijos, la ex becaria de la secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la UNCuyo, trabaja en la actualidad  como investigadora del Conicet en el Centro Atómico Bariloche (CBA) de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). También es docente en el Balseiro y en la Universidad de Río Negro.

También dirige tesis de doctorado, dicta diversos cursos académicos y participa en numerosas actividades de extensión y de divulgación en el Balseiro.

Pasión por la física y por la enseñanza

Adriana Serquis sabía desde chica que la física era su pasión. “Mamá dice que cuando llegó el hombre a la Luna y yo tenía dos años dije que quería ser astronauta”, rememora la científica. “Mis recuerdos de la escuela primaria son que me pasaba desarmando y armando cosas, quizás influida por mi papá, que era Ingeniero Industrial, y mi abuelo, fue siempre muy autodidacta”, cuenta Serquis. Agrega que su libro favorito por ese entonces se llamaba “Tecnirama”, y que era una gran fuente de inspiración.

“Cuando entré a primer año de la secundaria, me enteré que existía algo que se llamaba física y desde ese momento supe que iba a estudiar esa carrera. Aunque también me gustaban las ciencias sociales y en quinto año me agarró la crisis y seguí dos carreras: profesorado en enseñanza primaria y Física al mismo tiempo”, sintetiza la investigadora, que además de estudiar en la UBA y el Balseiro, realizó un posdoctorado en Los Álamos, en los Estados Unidos, y que en la actualidad realiza la Maestría en Ciencia, Tecnología e Innovación en la Universidad de Río Negro.

-¿Qué temas indagás como investigadora del Conicet en el grupo de caracterización de materiales del CAB-CNEA?

-Trabajo en el campo de materiales para energías limpias, en dos áreas distintas: celdas de combustible y súperconductores. Trabajamos en cooperación con el laboratorio de bajas temperaturas porque muchas de las propiedades las medimos en ese laboratorio y también en cooperación con investigadores de Los Álamos, en los Estados Unidos. Ahora estamos tratando de poner en marcha un criogenerador para hacer las mediciones en el edificio de Materiales. Ya tenemos un PICT start up y estamos haciendo desarrollo de cables súperconductores desde hace varios años.

-¿Qué desafíos podés mencionar para el 2015?

-Uno de ellos es poner en marcha el criogenerador, y otro es que mis estudiantes finalicen sus doctorados. También tenemos que iniciar todo el proyecto vinculado al trabajo premiado en L'Oréal -Unesco, que consiste en la formación de jóvenes en técnicas relacionadas con grandes instalaciones como sincrotrones y facilidades de neutrones. Está relacionado con el proyecto RA-10 que lleva adelante la CNEA ya que este reactor tendrá un haz de neutrones único en América latina. Aparte, un sincrotrón es un acelerador circular en el que los electrones van a muy alta energía; los electrones al doblar emiten radiación. Uno puede seleccionar energías y estudiar materiales específicos como aquellos que usamos en las celdas de materiales, que se llaman óxidos de “tierras raras”.

-¿Por qué te gusta tanto la enseñanza?

-Me interesa mucho la dimensión social, y todo lo que tiene que ver con la enseñanza y con la divulgación científica está conectado ese interés por lo social. Cuando tenía que elegir qué estudiar, casi elijo la carrera de Asistente social, a la vez de la carrera de Física…

Este año Serquis participó como docente en el curso de crecimiento de cristales que se dictó en el Balseiro organizado por la sección de Divulgación del CAB (en homenaje al Año Internacional de la Cristalografía). La científica también representó al Balseiro en la Feria del Libro, donde se realizaron actividades de divulgación sobre cristalografía. Y durante este año, Serquis viajó a Formosa para brindar cursos de materiales a docentes de escuelas secundarias de esa provincia. El próximo año dará algunos cursos de posgrado.

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