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Diez estudiantes de la UBA fueron denunciados por el rector

20 de noviembre de 2008, 17:16.

Son procesados por secuestro coactivo agravado, una acusación con penas para homicidas. ¿No es demasiado?

Hilario Fernández Long fue rector de la Universidad de Buenos Aires entre 1965 y 1966. Renunció al cargo tras La Noche de los Bastones Largos. Era ingeniero y miembro de las academias de Educación y Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

En 1965 la asamblea universitaria lo eligió rector de la UBA. Le ganó por un voto a Rolando V. García, entonces decano de la Facultad de Ciencias Exactas. La candidatura de R. V. García era impulsada por la corriente reformista. Fernández Long fue electo con el apoyo principal de los humanistas, grupos socialcristianos y un grupo de radicales. Los radicales que votaron por Fernández Long habían ido con anterioridad a entrevistarse con Rolando García, al que le dijeron que le darían su apoyo a cambio de secretarías. En respuesta a ese pedido, los echó de su despacho, según lo expresado públicamente por el propio Rolando V. García en un libro de su autoría.

Al producirse el golpe de Estado de 1966, Fernández Long, que era considerado la derecha universitaria, emitió una declaración en la que calificaba ese día como un día aciago por atentarse contra los poderes constitucionales. Un mes después dejó su cargo, el día que el Poder Ejecutivo intervino la universidad, al negarse a continuar en el mismo como interventor.

Los humanistas, como los reformistas, fueron celosos defensores de la autonomía universitaria. Esta universidad que tuvo como uno de sus inspiradores a Rolando V. García y como rector, también, a Risieri Frondizi, estaba empeñada en promover la ciencia sobre cualquier otra consideración. Risieri Frondizi y Fernández Long intervinieron en varias oportunidades para reclamar la liberación de estudiantes universitarios detenidos por sus luchas reivindicativas. Fernández Long reclamaba la libertad de estudiantes que eran opositores a su gestión.

Hoy el rector de la UBA es Rubén Hallú. La universidad pone énfasis en una actividad orientada a satisfacer demandas del mercado y generar recursos sin ningún tipo de control. La resolución del Consejo Superior Nº 2.702 del 14 de abril de 2004 impulsada por el ex rector Guillermo Jaim Etcheverry, que en su artículo primero afirmaba que “los recursos propios que obtenga la Universidad, cualquiera fuese su causa, deberán ser ingresados íntegra y directamente a las tesorerías de sus dependencias, correspondiendo exclusivamente su administración y disposición a los organismos de la Universidad con competencia para ello, y según las autorizaciones conferidas por el Consejo Superior”, fue derogada. Se le quita presupuesto a la actividad científica, filosófica y a carreras que generan disciplinas creadas desde una visión científica y se favorece a las carreras con mayor lógica profesionalista. La protesta de los estudiantes por la democratización es un obstáculo para este proyecto. Diez estudiantes de la UBA fueron denunciados por el rector y son procesados por secuestro coactivo agravado. Una acusación con penas para homicidas se les impone a diez estudiantes que paradójicamente reclaman por la defensa de la autonomía universitaria y el derecho a estudiar.

La reducción víctima/victimario es lo contrario de lo que debe esperarse de una universidad que debiera hacer de la profundidad de la reflexión una obligación.

Bruno Cernuschi Frías, ex decano de la Facultad de Ingeniería, UBA, Alejandro Alagia, profesor de la Facultad de Derecho, UBA, Armando Pérez, ex director del Departamento de Matemática de la Facultad de Ingeniería, UBA.

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