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Honoris Causa para Carbonneau por sus aportes a la vitivinicultura en Argentina

Alain Carbonneau es un especialista francés en Viticultura y Enología. Recibió la máxima distinción que otorga la UNCUYO por colaborar con el desarrollo del conocimiento vitivinícola en el país y la formación de expertos e investigadores locales.

11 de noviembre de 2015, 12:48.

imagen Honoris Causa para Carbonneau por sus aportes a la vitivinicultura en Argentina

De izquierda a derecha: Daniel Pizzi, Alain Carbonneau (en el centro) y Concepción Arjona. El referente vitivinícola francés recibió el diploma, resolución y medalla correspondiente a un nuevo Doctor Honoris Causa de la UNCUYO.

“El vino es una materia noble, no es únicamente un producto de consumo, es un producto de cultura, que se respeta”. Con estas palabras se expresó el nuevo Doctor Honoris Causa de la Universidad, un referente de la disciplina gracias a sus contribuciones al campo de la ecofisiología de la vid vinculada a la fisiología del racimo, con reconocidos estudios sobre los sistemas de conducción de los viñedos, en particular sobre el equilibrio entre la demanda y la oferta hídrica. Teniendo en cuenta estos antecedentes profesionales es que el Consejo Superior de la UNCUYO resolvió otorgar a Alain Carbonneau el Doctorado Honoris Causa con mención especial al mérito académico-científico.

El encuentro fue en el salón de Actos de la Facultad de Ciencias Agrarias, y en ese escenario Carbonneau recibió de manos del rector Daniel Pizzi el diploma, la medalla y la resolución correspondiente. En tanto que la decana anfitriona Concepción Arjona le obsequió el libro Don José de San Martín: su patria chica y la patria grande.

El acto comenzó con las interpretaciones del Coro de Cámara de la UNCUYO de “Mom Mary va a la taberna”, una canción tradicional francesa, y de “Póngale por las hileras” de Félix Dardo Palorma. A continuación se entonaron las estrofas de los himnos Nacional Argentino, de la República Francesa y de la Universidad, y luego se conformó la mesa académica con el rector Daniel Pizzi; la decana Concepción Arjona y el homenajeado, el ingeniero agrónomo Alain Carbonneau.

El Rector expresó su orgullo desde la UNCUYO por el reconocimiento a Carbonneau y luego destacó tres cuestiones relevantes que se relacionan con el otorgamiento de los Honoris Causa, aspectos que se avalan y respetan en las entregas de estas distinciones. “La primera tiene que ver con la actitud que el homenajeado tuvo durante años en cuanto a su capacidad de seguir aprendiendo. Luego, aparece el compromiso con la sociedad. A lo largo de su vida Carbonneau demostró mucha entrega para con la sociedad, no sólo con su patria chica, sino en nuestra querida Mendoza y en Argentina. Por último, quiero mencionar la capacidad del laureado para formar discípulos, algo difícil de conseguir”, explicó Pizzi.

A continuación, analizó la historia de la distinción, que tiene que ver con el reconocimiento que hacen las universidades a personas que han tenido una trayectoria destacada. En tal sentido, comentó que en la España del siglo XV se entregaba un birrete laureado –como símbolo del más alto título–, un anillo que lo certificaba y un par de guantes blancos. “Estos últimos representaban el aspecto ético del homenajeado. Al respecto, lo ético es un desafío para las universidades, ya que se relaciona no sólo con el desarrollo del conocimiento de los países sino con la transparencia de nuestros actos e instituciones. Honramos a Carbonneau, pero queremos que nos siga correspondiendo con su autoridad, conocimiento y pasión en la generación del saber y en la enseñanza a sus discípulos”, finalizó.

Luego, el nuevo Doctor Honoris Causa de la UNCUYO agradeció el reconocimiento a la Facultad y a la Universidad, y ofreció una conferencia titulada “Mi currículum Vitae Original”. En ella mencionó que se lo reconoce por ser el artífice del sistema o modelo de conducción en lira en los viñedos y luego hizo una síntesis de su trayectoria profesional.

Acto seguido, repasó sus misiones y actividades en Argentina desde 1980 a la actualidad. Destacó su cooperación con muchos países vitivinícolas y su arribo al país, donde participó en congresos y exposiciones, y subrayó su vínculo con la UNCUYO, el INTA y la Facultad de Ciencias Agrarias en la concreción de la maestría de Viticultura y Enología, que promueve la Unidad Académica. “Arrancó en 2000 y me involucré mucho como docente, dictando cursos y participando en muchos jurados”, recordó el pionero en el manejo de la canopia.

Tras ello rememoró su infancia en Marsella, su pasión por la vitivinicultura pero también por la literatura clásica y la filosofía griega. “Luego en Bordeaux conocí a mi esposa y formé mi familia. Allí aprendí la ciencia de la vid y que el vino es una materia noble, no únicamente un producto de consumo. Es un producto de cultura, que se respeta”.

“Después en Montpellier inicié otra etapa de mi carrera, con prioridad en la formación. Allí tuve el placer de enseñar a jóvenes, y a nivel de investigación continué trabajando con la ecofisiología de la vid y la conducción del viñedo, de manera más integrada, tratando de ver las adaptaciones al terroir, los varietales y los climas e intentar la transferencia tecnológica, porque trabajamos para los viñateros e intentamos aportarles ventajas técnicas y económicas", agregó el ingeniero francés.

Carbonneau además reflexionó sobre la importancia del clima, el rol del agua y su utilización eficaz. Los resultados de estas investigaciones se plasmaron en sus más de 600 publicaciones sobre el estudio del microclima y ecofisiología de la viña, las exigencias hídricas moderadas y de calidad. “Esto me importa mucho porque la calidad motiva a los viñateros, y el primer esfuerzo es manejar el agua, induciendo un déficit hídrico moderado, y estudiar las nuevas arquitecturas”, explicó.

También destacó el trabajo que realizó junto a su esposa bioquímica para vincular el consumo moderado del vino y los efectos beneficiosos sobre la salud humana. Para finalizar, hizo un breve homenaje al varietal Malbec recitando unos versos de su autoría. “El Malbec expresa algo excepcional en Mendoza, aquí explotó a nivel de tipicidad”, manifestó.
 

Breve presentación

Alain Carbonneau nació en Marsella (Francia) y se graduó como ingeniero agrónomo con especialidad en Agronomía Mediterránea en la École Nationale Supérieure Agronomique (ENSA) de Montpellier, Francia. Luego se doctoró en Enología, opción Ampelología y Ciencias, en la Universidad de Bordeaux II.

Además, gracias a su vínculo con académicos de Ciencias Agrarias y expertos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA, Estación Experimental Mendoza), gestionó el dictado de la maestría de Viticultura y Enología con doble titulación UNCUYO Agro Montpellier. Muchos de esos profesionales egresados llevan una actividad intensa como académicos, investigadores y expertos de la industria vitivinícola regional.

Durante su carrera dirigió importantes instituciones académicas de Francia y Europa relacionadas con la vitivinicultura. Se desempañó en el Institut Nationale de la Recherche Agronomique (INRA) de Bordeaux como investigador en Ecofisiología y Conducción de la Vid. Fue director de investigaciones, director del Institute de la Vigne et du Vin du Centre y en colaboración con el doctor Ribereau-Gayon participó en la creación del Polo de Investigación Científica de la Vid y el Vino.

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