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UNO: La UNCuyo tiene 1.391 alumnos en riesgo de dejar los estudios

Se quedaron en primer año. Plan de apoyo para evitar que sufran fracaso universitario

05 de noviembre de 2004, 11:29.

Más del 20% de los 6.600 alumnos que en el 2003 empezaron una carrera en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) corren riesgo académico.

Son 1.391 jóvenes de entre 18 y 20 años, de las 11 carreras, que por problemas de aprendizaje, desorientación vocacional o mala situación económica, entre otros, a la fecha sólo lograron aprobar una o dos materias.

Eso les impidió cursar el segundo año en el 2004, por lo que dejaron de ir a clases, y ahora se estima que podrían abandonar sus estudios.

Ante esto, las secretarías Académica y de Bienestar de la UNCuyo pondrán en marcha un proyecto que apunta a detectar a tiempo el fracaso universitario. Se prevé contactar a cada uno de esos alumnos, diagnosticar las causas de su problema, brindarle apoyo pedagógico o derivarlo a algún profesional que lo ayude a superar su inconveniente y asistirlo para que rinda en marzo del próximo año.

Esta acción de rescate precoz comenzará en noviembre, durará cuatro meses, dará trabajo a 31 alumnos becarios (cobrarán $400) e insumirá $15 mil, pero para los beneficiarios será gratis.

Así lo indicó Mirtha Della Santa, asesora de la Secretaría Académica, quien coordinará el proyecto junto a Gilda Hernando, de Bienestar.

“Esa cantidad de chicos es una preocupación, y el proyecto está dentro del plan estratégico de la Universidad para ir reduciendo la deserción”, dijo Della Santa. Destacó que sólo en Políticas y Sociales el número de alumnos que no promocionó el primer año llegó a 140.

“Cuando un alumno fracasa reiteradamente, además de alguna situación particular, en general la razón está en que viene con pocas herramientas del Polimodal”, acotó.

La profesional detalló las instancias del proyecto.

El número de estudiantes en riesgo fue aportado por cada facultad. Una vez que se tuvo esa información, se convocó a 31 becarios (alumnos de los últimos años de cada carrera, con buen rendimiento académico y que reciben algún beneficio por su difícil situación económica).

Cada 30 jóvenes en riesgo habrá un becario que tendrá la tarea de contactarlos por teléfono, vía mail o personalmente para convencerlos de que asistan al servicio de apoyo pedagógico de cada carrera (los Sapoe).

“Ahí se va a trabajar en forma individual o grupal para detectar cada problemática –señaló Della Santa–. Luego, según cada caso, se les dará apoyo pedagógico o se los derivará a algún servicio médico, psicológico o vocacional”.

“A los que presenten problemas de aprendizaje se les dará cursos y talleres para que traten de resolver su problemática, porque algunos no saben estudiar, no saben rendir o traen habilidades muy escasas para esquematizar una asignatura o enfrentar un examen oral, y eso los lleva al fracaso universitario”, puntualizó Della Santa.

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