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Dieron a conocer informe que elaboró Naciones Unidas sobre desarrollo humano

Los datos del último informe del organismo internacional se presentaron en la sala del Consejo Superior de la UNCuyo. Rescata la necesidad de trabajar la resiliencia -capacidad de resolver problemas- para reducir niveles de vulnerabilidad y sostener los logros alcanzados.

22 de agosto de 2014, 14:49.

imagen Dieron a conocer informe que elaboró Naciones Unidas sobre desarrollo humano

De izq. a der.: René Valdés, Daniel Pizzi y Octavio Bordón.

Luego de la apertura que encabezaron el director del Centro de Asuntos Globales de la UNCuyo, José Octavio Bordón, y el rector Daniel Pizzi, se presentó el Informe 2014 de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que se denomina "Sostener el Progreso Humano: Reducir vulnerabilidades y construir resiliencia".

René Valdés, coordinador residente de la ONU y representante del Programa en Argentina, se encargó de exponer detalles del estudio global.

Como dato inicial, el trabajo indica que dado que las crisis a nivel mundial se expanden en forma cada vez más rápida, es crucial atender la vulnerabilidad, porque es necesario asegurar y sostener los logros alcanzados.

El informe -que centra su análisis en las personas- atiende especialmente las disparidades entre y dentro de países, y para ello identifica los grupos “estructuralmente vulnerables” (en virtud de su historia o de tratamiento desigual por el resto de la sociedad).

La publicación muestra que las tendencias globales en general son positivas y que el progreso continúa. No obstante, se están perdiendo vidas y socavando medios de subsistencia y desarrollo, por causa de las catástrofes y crisis naturales o por acción del hombre.

Más adelante, comenta que América Latina y el Caribe tienen el índice más alto de desarrollo humano (IDH), una medida compuesta de la longevidad, el nivel de vida y la educación de sus países. En ese escenario, la Argentina ocupa el puesto 49, de entre 187 países, con un IDH muy alto.

A pesar de este contexto, el estudio alerta que el progreso se ha ralentizado en los últimos cinco años, en comparación con el período 2000-2008, y las vulnerabilidades que persisten amenazan con revertir los avances logrados.

Valdés comenta que el informe permite sacar una fotografía del desarrollo humano de los pueblos, para así poder trabajar en reducir su vulnerabilidad, lograr resiliencia y conciencia de los problemas y sostener los niveles de desarrollo logrados.

Junto a funcionarios y académicos, participaron de la exposición los directores del Informe Nacional sobre Desarrollo Humano de Argentina, Rubén Mercado y Gabriela Catterberg; el ministro de Tierras, Ambiente y Recursos Naturales de Mendoza, Guillermo Elizalde; el asesor de Política Regional sobre Pobreza, Objetivos de Desarrollo del Milenio y Desarrollo Humano del PNUD, Gonzalo Pizarro; y ex ministro de Economía de Mendoza y profesor universitario, Gabriel Fidel.

El escenario mendocino

El informe explica que Mendoza es una zona naturalmente expuesta a muy alto riesgo natural en el escenario nacional. Históricamente, la Provincia ha enfrentado diferentes flagelos por su condición de territorio sísmico, aluvional, seco y volcánico. Sin embargo los desafíos son cada vez más complejos por el nivel de desarrollo y apertura internacional, y la gran variabilidad climática, que la someten a riesgos de diferentes clases.

En primer lugar las crecientes amenazas climáticas e hídricas como escasez hídrica, régimen de lluvias de zona árida (tormentas eléctricas severas), heladas, granizo, vientos violentos estacionales, sequía, incendios de campos y fenómenos derivados. El fenómeno del cambio climático suma mayor preocupación ante posibles nuevos eventos extremos.

Por otro lado, las amenazas geológicas como la posibilidad de sismos destructivos (la más alta del país), amenazas volcánicas y aluvionales (deslizamientos de tierras en zonas periurbanas y de pedemonte).

Tercero, por los procesos de degradación como son la desertificación, amenaza de erosión eólica, salinización de aguas superficiales y subterráneas, contaminación de embalses y cauces de agua e impacto de actividades mineras.

Este conjunto de amenazas actúa –indica el informe- “en conjunción con los riesgos que se acumulan por un patrón de desarrollo cuyo proceso de toma de decisiones políticas, organización social y comportamiento económico,  ha desarrollado adecuadamente las fases del tratamiento de las emergencias, y  si bien tienen una importante historia en la integración de mecanismos de Reducción de Riesgo a Desastres, recién se está trabajando en un esquema de planificación integrada que actúe para reducir las condiciones de riesgo inminente en el contexto del desarrollo”.

Frente a ello, el documento sugiere entonces “analizar e identificar vulnerabilidades a la luz de un proceso de desarrollo constante y progresivo, cooperará con la capacidad de crear resiliencia, manteniendo dicho desarrollo con un bajo de nivel de impacto, tanto en su capital natural como humano”.

Organizó la presentación del informe en Mendoza, el Centro de Asuntos Globales de la UNCuyo. Para más información, escribir a centroasuntosglobales@uncuyo.edu.ar o ingresar a http://www.uncu.edu.ar/centroasuntosglobales/

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