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Clarín: Debate: Años a ciegas en educación

Hugo Yasky. SECRETARIO GENERAL DE CTERA

18 de febrero de 2005, 13:31.

\"Elogio de la ceguera\" podría haber sido el título de la nota de opinión —publicada el martes en esta sección— en la que la ex ministra Susana Decibe hace una encendida defensa de la política educativa del período menemista. Lo peor de todo es que lo hace sentada sobre los escombros de lo que quedó después del tsunami neoliberal de los 90.

Su apelación a no negar en bloque todo lo que se hizo en esa década es lo que más llama la atención. Pues si algo caracterizó a las reformas de esa etapa fue el fundamentalismo con que se dio por caducada toda práctica anterior sin siquiera detenerse a evaluar o recuperar las experiencias construidas en un país que en la década del 60 ostentaba los mismos índices culturales y educativos que Canadá.

Fue así como desde la soberbia de los tecnócratas se demonizó como parte de lo obsoleto cualquier apelación a la gradualidad y a reconocer los tiempos históricos de construcción que demandan las instituciones educativas. Lejos de escuchar a los educadores, se los sometió a las reformas, inmovilizados, como quien es conectado a un aparato de diálisis.

Y esto es lo que hoy explica la profundidad del colapso educativo que aún padecemos. El carácter desestructurante y liquidacionista de las transformaciones que, supuestamente, nos iban a eyectar al primer mundo y que nos terminaron depositando en esta especie de terreno baldío en el que hoy nos debatimos.

¿Puede todavía negarse que la transferencia de los servicios educativos a las provincias sin garantizar recursos nacionales fue el big-bang de la desigualdad que hizo añicos aquella tradición fundante de la escuela pública argentina de la igualdad de oportunidades?

¿Puede todavía negarse el gravísimo deterioro educativo que a través de medidas impensadas, violatorias de tiempos y principios pedagógicos, produjo la Ley Federal de Educación que arrasó con lo que todavía quedaba en pie de la educación secundaria y técnica?

¿Puede ignorarse, como si se tratara de un dato menor, la degradación profesional y la pauperización a la que fuimos llevados los educadores?

A pesar de algunas cegueras circunstanciales, el diagnóstico ampliamente compartido acerca del fracaso del modelo educativo menemista nos pone ante la oportunidad de reconstruir la escuela pública argentina.

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