El docente e investigador de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Raúl Marino, inauguró el ciclo con la charla debate organizada por la UNCUYO titulada La irrupción de la IA: mitos y posibilidades en la que reflexionó acerca de cómo impacta la Inteligencia Artificial en el mundo académico y en la vida de las personas .
En su exposición, el docente planteó que tomar la posta y el guante de la Inteligencia Artificial y traerlo al ámbito universitario no solo habla de una innovación sino de un desafío porque en el mundo se está debatiendo el tema.
Durante la charla mostró los aspectos generales de la IA, hizo un pequeño recorrido desde el nacimiento de la IA, dio ejemplos aplicados a la industria e hizo referencias de lo que se realiza en el ámbito universitario. Dejó una serie de puntos y preguntas disparadoras para debatir en las próximas charlas del ciclo, con la intención de llegar a alguna conclusión que a futuro se pueda trasladar a las aulas.
Marino detalló que hay un trabajo previo relacionado a la IA, un camino andado y que pensar el contacto de lo académico con lo nuevo comienza a surgir. Es un hecho que pone a la Universidad en una doble responsabilidad: prepararse para conocer esas tecnologías y estar a la cresta de la ola asumiendo el compromiso social.
Explicó que hay muchos aspectos que marcan la Inteligencia Artificial. Se refirió a las definiciones que existen, las que hablan de IA como algo que no es natural pero que trata de representar aspectos que suceden en la vida cotidiana y por otro, las que se acercan a la educación que comienzan a circunscribir el tema de la IA al campo de las máquinas, el conocimiento y algún comportamiento humano.
Hizo un recorrido histórico de este tema que nace en 1735, con desarrollos o contenidos matemáticos que fueron evolucionando con distintas interconexiones, hasta que en 1956 surge el término de Inteligencia Artificial.
La IA es un gran espectro -afirmó- y detalló las herramientas que componen cuatro grandes sistemas: las reactivas, las de la memoria limitada, las de la teoría de la mente y las más evolucionadas son de autoconciencia. La idea de hoy es identificar las mejores herramientas para cada momento y saber cómo aplicarlas: “El gran dilema es quién termina escribiendo lo que está escrito”, destacó el especialista.
Mostró los tres sistemas más importantes: OpenAI con ChatGPT, Meta AI y PaLM 2 y varias aplicaciones, Y cómo difieren sus respuestas sobre la base de las mismas consultas.
Dio ejemplos de desarrollos realizados en la industria médica y la metalúrgica, donde encontraron ciertas soluciones para el usuario con la idea de disminuir incertezas y sobre parámetros preestablecidos para que nada atente contra la integridad humana.
En cuanto al ambiente académico dio a conocer información de universidades de gran trayectoria que largaron alertas sobre el uso de la IA en las aulas y lo suspendieron hasta que no estén dada ciertas seguridades. Destacó que es por eso por lo que hay que dar el debate en las universidades y que la discusión entre docentes es fundamental.
Respecto de la Educación dijo que en 2019 salió un documento de la UNESCO con una serie de recomendaciones sobre la ética de la inteligencia artificial, al que se puede recurrir, que es corto pero muy conciso y que va más allá de irrumpir en el tema.
“Básicamente, las discusiones no están dadas en cómo funciona el modelo de IA o cómo se programa un modelo de IA sino en cómo lo aplicamos, qué tecnologías tengo que utilizar en el aula y que valor le añade utilizarlas. Y después todo lo que tiene que ver con la ponderación, si es eficaz o no para la enseñanza, si logra el objetivo de que el estudiante aprenda más", evaluó Marino.
Lo más relevante -aclaró- es que cuando se comienza a hablar de las cuestiones de la equidad, del que tiene IA y no tiene IA en una institución educativa. Esto puede ser un quiebre de equidad o inequidad “No podemos dejar de lado a ningún estudiante cuando lo que queremos es ampliar la frontera”, afirmó el disertante.
Informó que en Educación se está trabajando en lo que se llama aprendizaje adaptativo que es poder trabajar con la IA, en el registro de datos, identificar comportamientos, poder definir el perfil del participante para medir la performance del estudiante y poder hacerle sugerencias. La idea es hacer un trayecto formativo adaptado a las competencias de cada persona. “La Educación va por este lado, hay un montón de brechas, un montón de dificultades, un montón de desafíos, pero está avanzando por este camino”, aseguró.
Ya en el cierre Marino dijo que algunas de las preguntas que quedan por responder son si la inteligencia artificial genera o no genera conocimiento, si su uso Implica o no implica fraude y si se puede generar el conocimiento personalizado para que cada estudiante haga su propio trayecto.
“Finalmente, más que preocuparnos por el avance de la Inteligencia Artificial tenemos que pensar que estamos haciendo nosotros con nuestra inteligencia. Y es un poco el desafío que, como universitario comprometido con la Educación y la función social de la Universidad al menos yo me planteo”, concluyó el docente.