Todos los tipos de pilas y baterías deben ser tratados y reciclados con la mejor tecnología disponible, y separados de los residuos domiciliarios comunes.
En Argentina, los métodos más difundidos son la disposición en rellenos de seguridad y las técnicas de inmovilización de pilas: vitrificación, cementación y ceramización. Con ésto lo que se hace es aislar el elemento, pero el compuesto sigue estando, por lo que se convierte en un pasivo ambiental.
En Mendoza existen recipientes ubicados en organismos públicos, donde se pueden depositar las pilas en desuso, como son los de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza, Guaymallén o Godoy Cruz. También en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) reciben pilas recargables que ya no se usen.
Las bombillas tienen materiales como el vidrio y metales que pueden recuperarse y aprovecharse de nuevo, y en el caso de las fluorescentes o bajo consumo llevan además mercurio, un metal pesado muy contaminante, por eso, es importante evitar su rotura. Los tubos fluorescentes y bombillas no pueden depositarse en los contenedores de vidrio debido a que están hechos con mezclas de materiales que imposibilitan el reciclado con el vidrio ordinario.
Hoy existen diversas empresas que los reutilizan y muchos de los fabricantes de cartuchos originales ofrecen programas de recolección.
Los cartuchos y tóneres contienen materiales de lenta descomposición y pueden contener componentes peligrosos, como metales pesados por lo que se clasifican como residuos peligrosos.
Se reutilizan las partes servibles después de su desmontado y limpieza para la fabricación de nuevos cartuchos para las impresoras. Cuando no se pueden recuperar las piezas los cartuchos o tóneres se reciclan: las partes de plástico y metal se separan, y se entregan a empresas recicladoras.
Los pañales son considerados como residuos patogénicos, porque las heces que transportan pueden contener algún virus o bacteria que pueden afectar al ser humano. Lo mismo sucede con los apósitos o toallas femeninas. En Argentina, estos residuos se depositan en los rellenos sanitarios junto con los residuos domiciliarios.
Los residuos de este tipo se deben depositar en recipientes adecuados y diferenciados que, en general, son de color rojo. En todos los centros de salud, hospitales, farmacias deben encontrarse este tipo de recipientes, porque están obligados a separarlos del resto de los residuos domiciliarios.
En Mendoza, existe una planta en Las Heras (empresa Tysa-Lamcef) que se encarga del tratamiento y disposición final de este tipo de residuos a nivel provincial.
Algunos ejemplos son: grandes electrodomésticos (heladeras, lavarropas), pequeños electrodomésticos (aspiradoras, planchas), aparatos de telecomunicación y consumo (computadoras, teléfonos, televisores, cámaras), tubos fluorescentes, herramientas eléctricas y electrónicas (taladros, sierras), juguetes electrónicos, aparatos médicos, instrumentos de medida y control (termostatos, detectores de humo).