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Con gran tristeza informamos el fallecimiento de Héctor "Cacho" Otheguy

De la mano de los logros de la estatal Invap, Otheguy se convirtió en un referente de la ciencia y la tecnología argentina. “No hay que menospreciar nuestra capacidad frente a la de otros países más desarrollados”

31 de marzo de 2020, 20:42. Fuente: INVAP y Página 12.

imagen Con gran tristeza informamos el fallecimiento de Héctor "Cacho" Otheguy

Hector Otheguy. Fuente INVAP

Nació en 1947, en Buenos Aires, y se graduó en física en el Instituto Balseiro de San Carlos de Bariloche en 1970. Luego obtuvo la Maestría en Ciencias, en la Universidad de Ohio, Estados Unidos, en 1972, y la Maestría en Gestión, dentro del programa Sloan Fellow de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, en 1985.

Fue miembro de Invap desde su fundación en 1976, período en el que se abocó al área de la metalurgia extractiva. Luego se desempeñó como subgerente técnico, gerente técnico y, entre 1991 y 2017, como gerente general. Desde entonces quedó sólo como presidente del directorio.

Durante su gestión se lanzó exitosamente hacia el área espacial. INVAP fue contratista principal de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales y de ARSAT S.A. y como tal responsable de la construcción de los satélites SAC-A, SAC-B, SAC-C, SACD/Aquarius   SAOCOM 1A y B, ARSAT 1 y 2. 

Asimismo, en este período INVAP fue pionera en el diseño y construcción de radares de control de tránsito aéreo, de seguridad y meteorológicos en la Argentina, y en la provisión de Centros de Medicina Nuclear para Argentina y países de Latinoamérica 

Cacho además fue un maestro, que generosamente nos dejó su legado, nos enseñó, con la palabra y con el ejemplo, a ser mejores. Aprendimos con él y de él. Aprendimos que es una responsabilidad del líder preocuparse por la parte humana de los que trabajan con él. Aprendimos que hay que escuchar el doble de lo que se habla (“Dios nos dio una sola lengua y dos oídos”, decía). Aprendimos que “la perseverancia siempre da una flor” y la importancia de “tragar amargo y escupir dulce”. Aprendimos que los gestos de cortesía son útiles y no cuestan nada, y que el sentido del humor ayuda. Aprendimos, tal vez lo más importante, que el grupo es siempre más fuerte que el individuo, que escuchar diversas opiniones enriquece la toma de decisiones, que el trabajo en equipo es siempre más eficaz y más placentero.

Fuente: INVAP y Página 12

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