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Se realizó un trabajo de mantenimiento preventivo en las obras exhibidas en la Nave Universitaria

El proyecto contó con el apoyo de la Secretaría de Extensión Universitaria y estuvo a cargo de un grupo de estudiantes del Taller de Escultura de la Facultad de Artes y Diseño. Se trata de nueve esculturas de madera de Urunday pertenecientes al I Simposio de Escultores de la Universidad Nacional de Cuyo realizado en octubre del año 2013.

06 de junio de 2016, 12:59.

imagen Se realizó un trabajo de mantenimiento preventivo en las obras exhibidas en la Nave Universitaria

Dicho proyecto se llamó: “Mantenimiento preventivo de las esculturas del Simposio” Y fue presentado a la Secretaría de Extensión Universitaria por un grupo de estudiantes del Taller de Escultura de la Facultad de Artes y Diseño; compuesto por Ivana Coletto, Alejandra Villalobos, Jimena Barroso, Laura Herrera, Macarena López, Milagros González y Soledad Barroso, con el apoyo y asesoramiento ejecutivo de Andrea Barros (estudiante de artes visuales y becada del Museo Universitario de Arte). El objetivo principal de la propuesta era realizar un trabajo de mantenimiento a siete de las nueve esculturas que se exhiben hoy en la Nave Universitaria y que constituyen parte del patrimonio cultural de la Universidad.

Estas obras fueron realizadas durante el I Simposio de Escultores de la UNCUYO en 2013 y desde ese año eran exhibidas en los predios del Rectorado y del Centro de Información y Comunicación de la Universidad Nacional de Cuyo (CICUNC).

“Muchas participamos del simposio en 2013, entre ellas, estuvimos Sole, Laura,  Jimena, y yo. Nosotras ya habíamos participado en el proceso de lo que eran las esculturas desde dentro del Simposio, del cual participaron artistas muy importantes de Argentina”, comenta Ivana Coletto, estudiante de las artes visuales y coordinadora del proyecto.

En 2015 las esculturas fueron trasladadas al hall central de la Nave Universitaria y fue entonces cuando las estudiantes vieron la necesidad de volver las obras al estado original de creación ya que el hecho de haber estado expuestas al aire libre y a las condiciones climáticas habían producido un proceso de desgaste significativo en ellas.

Durante aproximadamente tres meses el grupo se abocó a la recuperación de las obras, a lo largo de los cuales las estudiantes estuvieron en contacto con Fabriciano Gómez -Fundador de la Fundación Urunday- y los escultores y autores de las mismas quienes fueron acompañando, sugiriendo y aconsejándolas para lograr el fin último de restablecer su estado primigenio.

Respecto al trabajo en concreto Ivana explica: “lo que hicimos es ver la situación, por ejemplo: había muchas que estaban sucias, las tuvimos que limpiar, desinfectar y después ver el estado de cada una. En algunas podíamos lijar, en otras no, porque era muy texturada entonces ahí no podíamos intervenir. La idea era intervenir lo menos posible. Darles el brillo o volverlas a su color, como por ejemplo, a las bases, que debían ser arregladas, porque estaban muy  oxidadas”.

Por su parte Jimena Barroso (estudiante de artes visuales, participante del proyecto) relata que la idea era: “mantenerlas y volverlas al estado natural. Volver a darle tinte a una madera que no es propia del clima de Mendoza. Eso fue lo que empezó a ser destructivo en la escultura. Si uno entiende cómo es el clima de Chaco y lo compara con el de Mendoza ahí ya hay una gran diferencia”.

Se trató de un proyecto que además de contribuir a conservar obras de arte, fue una importante experiencia personal ya que: “en mantenimiento, es la primera vez para todas, además de leer e indagar teóricamente, ya tenemos en el taller la experiencia de trabajar la madera pero a pequeña escala, con trabajos personales y quizás algunas tenemos la experiencia del simposio, pero no así, de esta magnitud”, comenta Ivana.

Las esculturas que resultaron beneficiadas fueron: “Guerrero de montañas” de Hernán Dompé; “Huésped”, de Raúl Oscar Collemi; “Obertura 9”, de Raúl Pájaro Gómez; “Pliegue”, de Jorge Gamarra; “Presencia Ranquel”, de José Luis De Leo; “Serie máquinas para construir utopías Nº 13”, de Oscar José Staffora; y “Vuelo Eterno”, de Mauro Musante. Mientras que “Flamígera”, de Gianni Ugo y “Una mesa que araña”, de Chalo Tulián presentaban un buen estado por lo que se decidió no intervenir en ellas.


 

I Simposio de Escultura de la Universidad Nacional de Cuyo

 

Se trató de un encuentro organizado en Mendoza en 2013 por la Secretaría de Extensión Universitaria, la Facultad de Artes y Diseño, y el Museo Universitario de Arte, con el auspicio de la Fundación Urunday -Chaco- y que tuvo la particularidad de acercar a los estudiantes la posibilidad de trabajar por primera vez con escultores de gran trayectoria a nivel Nacional e Internacional.

En el mismo, se trabajó con troncos de Urunday provistos por la fundación homónima mentora de la prestigiosa Bienal Internacional de Escultura de Chaco, en la cual se utilizan principalmente, este tipo de madera autóctona rescatada de la tala clandestina, (entre otros materiales), y se lleva a cabo al aire libre.

En base a dicha Bienal chaqueña es que desde la Facultad de Diseño se pensó en realizar en 2013 un encuentro de similares características en Mendoza, con un fuerte apoyo de la citada Fundación. Las esculturas que surgieron de allí fueron donadas por los artistas a la Universidad Nacional de Cuyo las cuales pasaron a formar parte de su patrimonio artístico del MUA.

Ivana Coletto nos comenta: “trajeron estos troncos y nosotras empezamos a trabajar desde cero con los artistas. Nos habían distribuído como ayudantes de ellos. Ahí aprendimos bastante y tuvimos contacto con la obra. Ya al tiempo, luego de casi dos años, vimos que necesitaban un mantenimiento y de ahí surgió la idea, como compañeras del taller de escultura que somos, de proponer esta acción, y hoy nos sentimos muy orgullosas, además de saber que están bajo techo y resguardadas el clima intenso, estamos tranquilas porque sabemos que las van a cuidar”.


 

Lo que dejó esta experiencia para cada una de las integrantes


Laura Herrera: “Nos ha servido como reflexión de qué tareas hacer, cómo trabajar sobre la marcha. Esta cuestión de ver cómo va resultando la madera y cómo podemos seguir trabajando nosotras, y de ir aportando opiniones de cada una del trabajo que habíamos tenido previo en el simposio, me ha resultado muy positivo”.

Soledad Barroso: “Surgió más que nada como un compromiso, una deuda con la Universidad, porque todas quedamos muy prendidas del simposio y con la idea de que algún día tuviéramos el nuestro como artistas o como estudiantes. Fue un compromiso con la escultura, con el artista de ver cómo había quedado la obra, ese entusiasmo que formamos parte y verlas deterioradas fue como el dolor propio”.

Macarena López: “El trabajo en equipo lo valoro mucho, conocer a cada una de las chicas, aprender también de ellas porque yo no estuve en el simposio. Tener la oportunidad de aproximarse a la obra. Trabajar y conocer el material porque no había trabajado con esa madera, me ha gustado muchisimo”.

Ivana Coletto: “Contribuir a la Universidad Nacional de Cuyo, y poder aportar. la experiencia que esto nos deja, nos va concientizando de que hay que cuidar las obras y darles un espacio. Las que estuvimos en la ejecución, es como que teníamos un cariño especial porque habíamos trabajado en algunas y eso nos daba como más ganas de poder trabajarlas y volverlas a su estado original, también quiero agradecerles principalmente al Secretario de Extensión Julio Daher y a  Andrea Barros,  por darnos esta oportunidad y confiar en nosotras”.

Milagros González: “Aprender a mantener obras que mucho no lo veo instaurado en Mendoza puntualmente, y esto es una puerta bastante interesante para comenzar a investigar sobre restauración y mantenimiento de obras. Y que nos haya apoyado la Secretaría de Extensión, saber que se pueden presentar muchos proyectos más y saber que seguramente van a ser respaldados por la Universidad y por la Cultura”.

Jimena Barroso:  “Sirvió para darnos cuenta de que la escultura no está asociada a la mujer.  En el simposio nos pasó que todas éramos mujeres y los escultores nos miraban. Hasta que ellos mismos nos enseñaron que hay mañas, porque la fuerza no es la misma y pudimos trabajar con elementos tan grandes y tan pesados... eso también está bueno, que una actividad que está más asociada al hombre lo puedan hacer mujeres y entrar por otro lado de la cultura, que es el mantenimiento”.


Las esculturas se encuentran distribuidas pareadamente una de la otra, para ser recorridas y disfrutadas por los visitantes de la Nave Universitaria, las mismas se ubican en la planta baja -ingreso al Cine Universidad y a la Sala Mayor; y en el primer piso -ingreso a la Sala Museo: “La Caldera del Diseño”, y pueden ser visitadas de lunes a lunes de 8:00 a 24:00.

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