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Reseñas sobre el libro

Adrián Paenza

El libro me pareció maravilloso. Más: creo que tendría que ser un libro de lectura obligatoria (si es que se pudiera). Si hubiera condiciones ideales y en toda familia hubiera momentos en donde al finalizar el día todos se reúnen alrededor de una mesa para cenar y, en particular, para ver televisión, yo propondría que modificando el lector, usando rotativamente los comensales, todos deberían participar no solo en leer, sino en generar preguntas.

No conozco muchos lugares escritos en donde más allá de potenciales respuestas, queden tan claramente exhibidas las preguntas que 'de mínima' deberíamos hacernos para darle sentido a la vida y para co-existir entre nosotros.
Leer este libro ayuda no solo a contestar 'algunas de esas preguntas', sino que invita a vivir, a compartir, a disfrutar con 'el otro'/'la otra', pero también a sufrir juntos si es que es necesario. Nos alegramos y nos dolemos juntos. 
En algún sentido, siento que en este libro está compendiado el sentimiento que debiéramos tener como humanos. Nacimos sin que nos preguntaran si aceptábamos llegar al mundo, pero ya que estamos acá, la única manera de vivirlo razonablemente es hacerlo de esa forma, de la forma que propone pensar este libro, para mí, único¨. 

Gabriel Rabinovich

¨Cuando se conjugan la curiosidad por el conocimiento científico con el compromiso social, cuando se fusionan las ciencias naturales y sociales para responder al interrogante más preciado sobre nuestra esencia y destino, cuando un puñado de científicos comprometidos se unen con un fin solidario que anhela asistir a los más vulnerables, se cristaliza una obra maravillosa, una creación de divulgación científica de una inmensa riqueza literaria que trasciende las dimensiones de lo racional para lograr impactar en la sensibilidad de una sociedad, que a pesar de los golpes, las pandemias y los olvidos, intenta levantarse  sedienta de nuevos valores y de solidaridad genuina.

No se pueden perder este viaje fascinante, que logra de forma holística y con un lenguaje simple y preciso, acercarnos al maravilloso universo de los átomos y las moléculas,  la belleza arquitectónica de las proteínas, la increíble dinámica de los circuitos neuronales, las relaciones de amor y odio entre microbios y sus hospedadores, la fascinación de nuestro sistema de defensas y la importancia, en esta cruzada de orden y entropía, de recuperar nuestra humanidad y defender los derechos de los más olvidados. Los invito a disfrutar de este libro que nos desafía y nos propone ser parte de un universo único macro y micro, que sólo podrá trascender y evolucionar en el respeto a la diversidad y en el compromiso inclusivo y solidario con los más olvidados¨. 

Agostina Mileo (@labarbiecientifica)

Las ciencias son productos culturales que analizan al mundo, pero que también vuelven sobre sus pasos y reflexionan sobre sí mismas. Resulta imposible describirlas como se hacía en otros tiempos: un mero reflejo de la realidad. Desterradas las ideas de objetividad y universalidad tal como las conocíamos, el verdadero desafío que se nos presenta es caracterizar qué relación tienen las producciones científicas con lo que estudian, porque que no sean infalibles no quiere decir que sean absolutamente relativas.

La unión hace la ciencia presenta un aspecto fundamental de este debate, si no podemos pensar a las ciencias como algo separado del contexto en el que se producen tampoco podemos pensarlas como compartimientos para la descripción de nuestro entorno. Las cosas del mundo no se presentan divididas en sus aspectos físicos, químicos, representacionales y utilitarios. ¿Por qué entonces las ciencias habrían de pensarlas de esta forma?

En este libro, esta idea central se extiende a su propia forma de producción y distribución, mostrando que las ideas no son inmateriales y abstractas sino una herramienta para definir nuestras acciones¨.

 

Pablo Esteban

"Nadie conoce de manera aislada. Ese, desde mi perspectiva, debería ser el postulado primero, el mandamiento inquebrantable del conocimiento en general y del conocimiento científico en particular. Conocer es relacionarse, explorar y reflexionar en conjunto sobre el escenario que nos precedió y que nos desbordará como humanos. Conocer, en definitiva, es comunicar. En “La unión hace la ciencia”, los y las especialistas de diversas disciplinas exhiben por qué todo –desde lo más elemental a lo más complejo– en nuestra especie se teje a partir del vínculo. 
Atención lectores y lectoras, hay dos cosas que les quedarán claras luego de leer este libro. Primero: no existen ideas primigenias ni relatos adánicos, por el contrario, por más originales que creamos ser, siempre nos ubicamos sobre los hombros de alguien más. Para ver más lejos, para llegar más alto. Afortunadamente, no arrancamos de cero cuando de construir conocimientos y saberes se trata. Segundo: conocer es vincularse y también recortar. Siempre que intentamos abordar un campo, lo que hacemos es clasificar, quedarnos con algo y desmarcarnos del resto. Iluminamos una partecita. Este material, desde aquí, nos invita a echarle un vistazo a las oscuridades. Pues, aunque la ciencia moderna apunte a la híper-especialización –y los campos se perfilen cada vez más segmentados–, los modos del conocer son más ricos cuántas más miradas se superponen, se solapan y se entremezclan. Se cruzan, se huyen, se conquistan, se repelen. Se enamoran. Muchas ciencias mirando al mismo tiempo el mismo problema, de eso se trata la transdisciplina y los autores y las autoras de este libro lo plasman con contundencia. 
Los y las invito a devorarse un material de divulgación imprescindible para estos tiempos. Épocas en las que parece quedar cada vez más en claro que aquellas investigaciones que no se comunican –realmente– sirven de poco. O no sirven de nada¨.

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