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Especialista en Música Latinoamericana presenta maestría y analiza el panorama contemporáneo

Beatriz Plana cuenta los orígenes, las búsquedas y la trama de la Maestría en Interpretación de Música Latinoamericana del Siglo XX de la UNCuyo.

11 de mayo de 2012, 13:20.

imagen Especialista en Música Latinoamericana presenta maestría y analiza el panorama contemporáneo

Beatriz Plana, la entrevistada, explica el nacimiento de la Maestría en Interpretación de Música Latinoamericana.

Es  magíster en Interpretación de Música Latinoamericana del Siglo XX, licenciada en Flauta, profesora de Grado y Posgrado, investigadora sobre la música contemporánea latinoamericana para flauta en la Universidad y Primera Flauta de la Orquesta Filarmónica de Mendoza. Además, fue Secretaria de Posgrado de la Facultad de Artes y Diseño y participó en la creación de esta Maestría.

-¿Cuándo y por qué surge la Maestría en Interpretación de Música Latinoamericana del S XX?

- Esta carrera surgió en el año 2002, en un marco institucional muy interesante que fue el decanato de Lars Nilsson, donde se puso una impronta muy fuerte sobre los estudios latinoamericanos. Ya estaba en la Facultad de Artes y Diseño el antecedente de la Maestría en Arte Latinoamericano (MAL) que fue la primera carrera de posgrado que se dedicó a estos estudios. Después surgió la Maestría en Estudios Latinoamericanos (MEL) en Ciencias Políticas, pero fue posterior.

Esta carrera dedicada al estudio del Arte Latinoamericano, fue un puntapié inicial muy interesante que marcó nuestra facultad en esta intención profunda de estudiar nuestras raíces y nuestro mundo cultural -que es tan amplio, porque tenemos una influencia europea y de muchos otros países muy grande, sobre todo en la música-.

Entonces, esta carrera surge con una parte en común con la MAL, pero pone el foco en este perfil que es muy específico, y tiene que ver con el rol del interpretador.

-¿Cuál sería el rol del intérprete en la música?

- Está el rol del creador que es el compositor; el rol del que estudia la parte más teórica de música, es decir, el campo de la musicología, que es el musicólogo y, finalmente el rol de la interpretación que es el que pone vida a una música que está escrita.

Entonces la música se puede escribir, y queda perfectamente pautada por el compositor ¡pero queda guardada en un papel! Entonces el intérprete ¿qué hace? La pone en el espacio tiempo, le pone vida a ese texto que antes fue una idea y una creación musical por parte del músico - compositor. 

-Volviendo a los orígenes, nos queda claro cuándo surge la Maestría pero no por qué, cómo…

- Bueno, esta carrera surgió de la suma de varios proyectos de investigación de músicos e interprétes que buscábamos el rescate de obras de autores latinoamericanos. Desde el piano, desde los instrumentos de viento, desde las cuerdas, desde el canto, fuimos sumando hasta hacer una buena base de datos que pudiera dar comienzo a esta carrera.

Pero bueno, fue muy complejo el armado. Me acuerdo que trabajamos muchísimo en la creación junto a un grupo de colegas investigadores y, entre los estudios que hicimos para poder darle forma a esta carrera, tuvimos una entrevista con Arturo Roig. Queríamos que estuviera en la carrera esto de lo latinoamericano, o sea, queríamos que tuviera un anclaje desde el pensamiento filosófico latinoamericano ¡y qué mejor que entrevistarnos con Arturo Roig! Te hablo del año 2000.

Recuerdo que Arturo Roig nos dijo: “¡Por supuesto que tiene que existir una Maestría en Interpretación porque el prestigio de los intérpretes que se formaron en esta Universidad ha dado vueltas por todo el mundo y ya han hecho escuelas en muchos países y en distintos lugares de Argentina también!”

Entonces, esto como que nos dio mucho estímulo, además porque fue una persona que estuvo siempre muy cerca del mundo de los músicos. ¡Y tenía tanta razón! Porque en realidad la masa crítica de intérpretes que surgen de nuestra Escuela de Música, es de referencia a nivel nacional e internacional. Nuestros egresados, están haciendo carreras de músicos e intérpretes por muchos lugares, universidades de EEUU o de Europa, incluso te puedo nombrar una gran cantidad de músicos que hoy integran la Orquesta Filarmónica, la Estable del Colón, la Sinfónica Nacional o la Sinfónica de Salta, de Chile o que se dedican a la ópera. Son muchísimos egresados que nutren esas orquestas.

Y, bueno, también una gran cantidad de esos egresados que se fueron a hacer posgrados a otros países (como Estados Unidos, París, Alemania) porque nuestra Universidad no tenía la oferta, entonces éste fue un gran fundamento para ponerse a trabajar y generar esta carrera. ¡Hoy es tan lindo recibir a esa gente que vuelve a su Universidad pero ya como docentes!

- Y ¿por qué de Música Latinoamericana del Siglo XX?

- Bueno, nosotros llevamos diez años ocupados y dedicados al tema y te diría que hoy por hoy es la única maestría que se dedica a estudiar la música latinoamericana específicamente.

El por qué es porque es un compromiso como artistas, un compromiso con lo nuestro, con poner en valor un patrimonio cultural intangible y valiosísimo. En muchos casos, muchos compositores son consagrados y tienen su música editada por editoriales de otros lugares; pero en muchos otros, no menos valiosos, no está divulgada, no hay canales de divulgación suficientes para la cantidad de música que hay para ser estudiada. Entonces, esto es un trabajo de hormiga: ponerse en contacto con esos compositores de Ecuador, de Perú, de Chile, de Colombia, que nos manden sus obras para distintos instrumentos y nosotros estudiarla, analizarla. Todo esto se trabaja acá en el ámbito de la Maestría.

Además ¡qué mejor que nosotros, que somos los que vivimos aquí, hacernos de este patrimonio cultural! Y digo esto porque seguramente estos estudios –que por ahora no se han hecho- se van a hacer en Europa o en Estados Unidos y sin duda el abordaje va a ser otro. Va a ser hermoso que se haga, pero va a ser otro abordaje.

-¿No hay estudios de música latinoamericana en universidades norteamericanas o europeas?

- No hay todavía. Sabemos que hay un gran interés manifiesto de los ámbitos universitarios tanto de Estados Unidos como de Europa por estudiar nuestra música. Y lo sabemos porque hay una demanda permanente de ellos hacia nuestra carrera en pedirnos material, música, conectarnos con compositores, es decir, se ha abierto una red, que no tiene límites.

Y en esta red, hay otra parte que también es muy interesante. Como nuestra carrera ya lleva diez años de vida, ha empezado a retroalimentarse. Esto tiene que ver con conocer nuevos compositores latinoamericanos a través de los propios maestrandos.

Esta maestría tiene una modalidad de cursado -que a propósito se diseñó así- que son semanas intensivas de cursado repartidas a lo largo del año. Son cuatro encuentros anuales en los que –en una misma semana- tenemos treinta horas en la mañana y treinta horas en la tarde. Entonces, si bien uno debe estar sólo para eso, también es lo que nos permite recibir gente de otros lugares. Durante las cuatro cohortes hemos recibido alumnos de Colombia, Brasil, Paraguay, México, Chile y lo que se provoca en esa semana de cursado de la Maestría, en ese intercambio cultural de distintos países latinoamericanos, es maravilloso.

Esto, creo yo, cuando diseñamos la carrera no lo teníamos previsto y es un emergente que hoy es uno de los puntos más valiosos de la carrera. Además mantiene permanentemente vivo el archivo de música que es único, porque muchos alumnos de la Maestría traen música de su país para poder estudiarla y analizarla en el contexto del posgrado. Tenemos un archivo de más de mil obras de compositores de distintos países latinoamericanos ¡Esto es un alimento valiosísimo para este archivo! Por ejemplo, yo estoy dirigiendo una tesis de un alumno de Colombia de la tercera cohorte que está haciendo una tesis sobre autores colombianos que escribieron para flauta en los últimos cincuenta años y ¡hay una cantidad de obras impresionante y preciosas además que con este trabajo se está ayudando a conservar.

Y el recorte del siglo XX que vos me preguntabas, que en realidad tiene que ver con lo contemporáneo, ahora ya debería incluir siglo XXI porque hay muchas obras que se están estrenando ahora y, por lo tanto, son de este siglo. Pero esta decisión tiene que ver con que es tan vasto el repertorio que hay, que podríamos hablar de la música colonial o barroca latinoamericana pero cada una equivaldría a otra maestría. Entonces hicimos un recorte temporal más actual donde aparecen las influencias folclóricas de cada país.

-¿Cuáles serían las influencias folclóricas en nuestra música latinoamericana?

- No te olvides que nuestra música folclórica está muy nutrida por la influencia española, africana, precolombina, entonces hay una interculturalidad impresionante en las bases de la música latinoamericana; cosa que no está en la realidad de de la música europea o norteamericana, que tendrán otras influencias. Pero la nuestra, refleja la historia de Latinoamérica. Y aquí es donde podemos empezar a hablar de estilos de música. Dentro del Siglo XX, XXI hay compositores actuales que se remiten a la estética nacionalista, o a la estética de vanguardia, o al dodecafonismo, que son etapas de la música europea que influenciaron a la latinoamericana. Nosotros, como músicos, siempre estudiamos en la academia la música europea desde aquí pero ¡ahora podemos estudiar desde aquí nuestra propia música!

Pero, como te contaba, desde hace varios años ya desde la gestión, se viene dando un gran impulso a la música latinoamericana. Desde posgrado con esta carrera y desde el grado, con la Licenciatura en Música Popular; que también fue la primera carrera a nivel universitario del país que se dedicó a estudiar la música popular latinoamericana.

Entonces ha habido en estos últimos diez años una profundización muy grande por “lo latinoamericano” en general, y por esta música, en particular, que existía y no la estábamos sistematizando en el ámbito universitario.

-¿Y esto tiene que ver con la posición histórica de la cultura académica –y de la educación formal en general- de dejar de lado los aportes de las culturas populares?

- Creo que ya, por suerte esto es historia. Por lo menos en nuestra Facultad, podemos decir que esto es historia. Quizás cuando yo fui alumna, allá por los ’80 era muy poquito lo que estudiábamos de música argentina o latinoamericana y muchísimo lo que estudiábamos –en proporción- de música europea. Entonces, nuestra formación fue desde ahí y tuvimos que estudiar la música popular por fuera de la Universidad.

En el caso de la música contemporánea latinoamericana que se estudia en la Maestría, la historia de estos autores que hay muchísimos en cada país, creo que es imposible de abarcar porque es una tarea enorme y es una búsqueda permanente esto de buscar nuevas obras musicales y ponerlas en valor en nuestra Maestría.

-¿Cuántos graduados tiene y qué temas se han presentado como tesis finales?

Tenemos 22 graduados, que bueno en el lapso de diez años y cuatro cohortes es bastante alto.

Ahora estamos en el momento en que más tesis se están presentando para su defensa y son todas muy variadas, porque la carrera ofrece la interpretación en distintos instrumentos. Entonces tenemos el piano, por un lado, la guitarra, el violín, el chelo, el contrabajo –que son las que se agrupan en el área de cuerdas y son las integran la Orquesta Sinfónica- los instrumentos de viento, que en la mayoría de tesis presentadas han sido de flauta, pero tenemos otra tesis de saxo, una de corno y también hay canto, pero todavía no tenemos egresados. 

Entonces es un abanico muy amplio el que tenemos, aún aunque el recorte parezca muy acotado a la interpretación, verás que es un mundo enorme el de la interpretación, porque abarca muchos instrumentos, incluso la voz humana.

Las tesis tienen una característica muy especial porque durante la carrera los alumnos van cursando un tronco común a la MAL que es la parte más teórica de la carrera, donde hay –por ejemplo- Problemática Filosófica Latinoamericana o Historia de la Música Latinoamericana, Estética, Metodologías de Investigación y demás. Y el otro tronco, que tiene que ver más con lo práctico, son cuatro seminarios de Interpretación y cuatro seminarios de Música de Cámara.

Entonces, la carrera va conviviendo entre la teoría y la práctica del instrumento. 

Aún así, como en el posgrado hay que hacer producción de textos y demás, cada seminario de instrumento es evaluado con un concierto y con un escrito. El maestrando tiene que estudiar una obra musical, trabajarla con su profesor de seminario, exponerla en un concierto de final de seminario y elaborar una monografía sobre esa obra que estudió, o ese autor. En esas monografías surge una biografía del autor, un análisis de la obra, un estudio desde otros abordajes teóricos. Es un ejercicio que no es nada fácil para un intérprete musical, que es el ejercicio de la teoría. Esa es la parte más árida de la carrera, porque bueno, si fuera sólo de interpretación sería continuar con una formación no tan integral como debe ser en un posgrado.

Así, durante la carrera se convive entre el abordaje teórico y el abordaje interpretativo musical, para llegar a una tesis que tiene un concierto tesis que es un programa de concierto de una hora de duración (que sería un concierto normal que uno va a escuchar a cualquier ámbito de la música) y, para llegar a la defensa de esa tesis se hace un texto tesis, escrito, y su correlato en el concierto. El jurado recibe con anterioridad el texto tesis para evaluarlo -que tiene que estar aprobado para pasar a la defensa- y, en el momento de la defensa, se produce el concierto, que es otra parte de la evaluación e insume el 60% de la evaluación total. De modo que la defensa oral tiene dos momentos, porque una vez que hicieron este concierto tesis, tienen que defender la parte escrita de la tesis y hacer este puente sobre lo escrito y sobre lo actuado.

Yo fui la primera egresada de esta Maestría y te digo que es duro, pero lo hemos conversado con el comité académico, con docentes de la carrera, con distintos egresados que pasaron por esta carrera y la conclusión es que está bueno tener un posgrado que aborde tanto la producción artística como la producción teórica.

-¿Qué perfil de docentes se buscó para esta Maestría?

- En cuanto a los docentes tenemos un privilegio absoluto con el tema. Porque los músicos en general que vienen como docentes a esta carrera están tan fascinados con la propuesta de la divulgación de la música latinoamericana. Por esto, tenemos unos docentes de primerísimo nivel. Te hablo por ejemplo de un Mario Lavista, que es un compositor emblemático de México, su música es estrenada y difundida por todo el mundo. O como intérprete, hemos tenido al maestro Luiz de Moura Castro que es pianista excepcional de Brasil. A Alberto Almarza que es un flautista chileno que vive en Estados Unidos y es profesor en la Universidad de Pittsburg; el maestro Tadeu Coelho que vino ahora en marzo, es doctor en flauta –hizo su doctorado en la Universidad de Carolina del Norte- y cuando lo invitamos a esta carrera, vino fascinado porque como brasileño que vive en Estados Unidos hace muchos años, tenía un sentido de pertenencia hacia el repertorio que venía a trabajar.

Bueno, finalmente me gustaría contarte algo bonito que pasa en lo que es un seminario tipo de Interpretación y Música de Cámara.

En el mes de agosto vienen a dictar estos seminarios, egresados nuestros que alguna vez salieron de nuestra Universidad a estudiar posgrados en su instrumento porque todavía no teníamos esta carrera. Te hablo por ejemplo del maestro Alejandro Cremaschi que hizo su doctorado en piano en la Universidad de Ohio. De Guillermo Anzorena que es cantante e hizo todo su estudio en nuestra Universidad, se fue a Alemania a seguir estudiando y hoy es un referente de canto a nivel europeo. En percusión de Fernando Elías que está en Austria y viene también a dictar el seminario en agosto.

Son varios casos, lo que me parece hermoso es la vuelta de estos egresados a su universidad de origen, de alguna manera a “devolver” –no sé si ponerlo en esta palabra- todo lo que nuestra universidad hizo por ellos.

En esa semana de cursado de seminarios de instrumento, se organiza siempre una actividad de extensión que es un concierto de maestros. Justamente porque como es intensiva hay siete maestros dictando los seminarios, entonces, esa semana se da un concierto público para toda la sociedad mendocina, para que puedan aprovechar esa presencia. De todas maneras, los conciertos evaluación que todos los alumnos rinden al final de esa semana de cursado, son conciertos públicos. Entonces es permanente lo que esta maestría brinda al mundo cultural mendocino, porque son conciertos permanentes que se ofrecen.

 -Para cerrar: ¿Por qué le recomendarías a alguien hacer esta maestría? Es decir un músico o música recién recibido/a ¿qué puede venir a buscar a esta maestría?

- Bueno, fundamentalmente, un músico intérprete que recién se recibe puede venir a buscar música. Si es personal de la UNCuyo, siempre hemos estado insertos en el programa de becas que anualmente otorga la Secretaría de Ciencia Técnica y Posgrado (http://www.uncu.edu.ar/paginas/index/programas-de-posgrado) para incentivar la formación; pero en general, esta carrera lo que le ofrece es la posibilidad de seguir profundizando su formación integral como intérprete. Es decir que estudia su instrumento, se compromete con un repertorio que tiene un sentido de pertenencia.

Y además, el seguir desarrollándose como artistas integrales, en una universidad pública donde tenemos que interactuar permanentemente con la sociedad. 
Nuestra música tiene que sonar en todos los teatros, en la calle, en todos los ámbitos posibles; con esa conciencia de la realidad cultural a la cual hay que contribuir permanentemente.

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