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Una gran jornada se disfrutó en la visita del programa Compartiendo Caminos al Valle de Uspallata

El sábado 17 de septiembre se realizó la primera salida del segundo semestre en el que junto a mexicanas, brasileños, mendocinos y francesas compartimos una completa travesía por nuestra zona andina.

22 de septiembre de 2016, 16:46.

imagen Una gran jornada se disfrutó en la visita del programa Compartiendo Caminos al Valle de Uspallata

 

Arrancamos bien temprano (destacamos la puntualidad del grupo) desde el Escudo de Plaza Independencia y entre mates, manzanas y charlas fuimos acercándonos al valle.

 

En el museo de las bóvedas nos recibió Verónica para contarnos brevemente la historia del lugar. Una historia marcada por la explotación minera que nos dejó reflexionando e intercambiando ideas sobre nuestro presente y nuestro futuro.

 

Después vino el gato, el norteño y el cuyano. Es que en la Escuela de la Fundición nos esperaban las profes de folklore Elvira y Natalia, quienes lograron enseñarnos los pasos básicos y las figuras de estas danzas para poder desplegar toda nuestra gracia y quedar listos para sumarnos a cualquier peña. Finalmente llegó el carnavalito y fue una fiesta de saltos y risas que nos dejó sin aliento. Los que lo recuperaron armaron un picadito antes de subirnos a la traffic nuevamente para ir a almorzar.

 

Luego de un abundante y delicioso almuerzo a la sombra de la galería de la casa de Ever, fue necesaria una sobremesa, en la que no faltaron los debates políticos. Mientras Ever y sus hijos aprontaba los caballos, nos tiramos un ratito al sol y Laura guió unos masajes para relajar y prepararnos para la cabalgata. Cabalgar consiste solo en perder el miedo, confiar, ponerse cómodo y ahí se empieza a disfrutar del paisaje, de la vista y el entorno. ¡Muchos valientes hasta se animaron a galopar!

 

Y así llegamos al pie del Cerro Siete Colores. El ascenso es breve, pero no por eso deja de ser un desafío, ahí es donde la solidaridad se concreta. Subimos todos, cuidamos del compañero, miramos a quien tenemos al lado, tendemos una mano para ayudar a sortear algún obstáculo, nos detenemos un momento para recuperar el aliento o esperar a quien se retrasa un poco. Paso a paso llegamos a la cumbre para ver el atardecer y contemplar la vista maravillosa.

 

Al bajar vemos el fogón esperando y a Xavier calentando las tortitas para acompañar el yerbeado del final del día. Al reunirnos alrededor del fuego llegan las devoluciones, las conclusiones del día, las reflexiones personales, los agradecimientos y la sensación humanizante de haber compartido un camino.


 

Sobre el programa “Compartiendo Caminos”

 

El Programa Educativo “Compartiendo Caminos”, dirigido a estudiantes de intercambio y estudiantes locales de la UNCUYO, promueve una forma diferente de conocer la provincia e interactuar con el ambiente y las comunidades interrelacionando dimensiones culturales, sociales, geográficas y naturales del territorio.

 

La propuesta nace de la idea de compartir la curiosidad ante lo extraño, la duda sobre las ideas preconcebidas y el inconformismo ante un mundo diverso y desigual. Así surge y se desarrolla este espacio que, como su propio nombre lo indica, busca desarrollar el valor del compartir entre pares, diferentes pero iguales. Y al mismo tiempo, busca descubrir diversos caminos que señalen una misma dirección, nuestra identidad colectiva: variada, multicolor, multiétnica, diversa, sin fronteras.

 

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